lunes, 1 de junio de 2020

Morena Clara (1954)




Director: Luis Lucia
España, 1954, 91 minutos

Morena Clara (1954) de Luis Lucia


¿Remake o parodia? Bien mirado, esta nueva versión, en desvaído Gevacolor, de Morena Clara, el clásico de 1936 que protagonizara Imperio Argentina a las órdenes de Florián Rey, tenía un poco de ambas cosas. Sobre todo por ese ocurrente introito histórico en el que se repasa la evolución del pueblo gitano desde el Egipto del faraón Ramsés XLV, "de la vigesimotercera dinastía de los Ptolomeos", hasta nuestros días y que, burla burlando, contiene algún que otro comentario abiertamente racista.

Como cuando se detiene en plena Edad Media, coincidiendo con un episodio en el que doña Berenguela, encaramada en lo alto de un torreón y molesta por la prolongada ausencia de su marido (quien se había largado a las Cruzadas dieciocho años antes por no aguantarla), lanza un jarro de agua fría sobre un grupo de ufanos bailaores, origen, según revela la voz en off de Fernando Fernán Gómez, de "la incompatibilidad con la ducha que desde entonces distingue a los calés" ¡Toma ya!



Evidentemente, no debe juzgarse una cinta estrenada a mediados de los cincuenta según los valores vigentes hoy en día. Más que nada porque se corre el riesgo de condenar injustamente lo que en su momento pasó por comedia amable y aun musical folclórico. En cuyo reparto, por cierto, repetían dos de los actores del elenco original: Miguel Ligero, de nuevo como Regalito (si bien ahora, transcurridos veinte años, ya no como hermano, sino en el papel de tío de la protagonista) y Manuel Luna, que cedía su puesto de fiero fiscal al mencionado Fernán Gómez para interpretar al venerable juez don Elías.

Al margen de los tópicos tan cuestionables que explota el filme (la mayoría en torno a la idea de que los gitanos son ladrones, gandules y simpáticos) o una cierta caricatura de la España de pandereta, lo cierto es que el mensaje de fondo no deja lugar a muchas dudas: el amor, que todo lo puede, acaba redimiendo a ambos protagonistas, de modo que Enrique será menos adusto, mientras que Trinidad (Lola Flores), previo aprendizaje trabajando como empleada doméstica en casa del susodicho, será capaz de comportarse (o por lo menos de vestirse) igual que una paya, como si de una versión cañí del mito de Pigmalión se tratase.


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Siempre encuentro interesante revisar estas películas. Por cierto, esas sombras de los guardias civiles en el poster están muy bien traídas, una figura ligada y de que manera a los gitanos.
    Saludos!

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    1. La película, sin embargo, no es nada crítica con respecto a esa persecución por parte de los civiles.

      Saludos.

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