lunes, 22 de junio de 2020

El hombre de Laramie (1955)




Título original: The Man from Laramie
Director: Anthony Mann
EE.UU., 1955, 103 minutos

El hombre de Laramie (1955) de Anthony Mann

Como si de una tragedia griega o un mito clásico se tratase, The Man from Laramie arranca con la llegada de un forastero que viene desde muy lejos con el único objetivo de vengar la muerte de su hermano. De hecho, el cainismo va a ser uno de los temas principales en un wéstern de resonancias edípicas cuyo protagonista, magistralmente interpretado por James Stewart, parece ajustarse a la efigie del hombre alto y misterioso con el que premonitoriamente soñó el patriarca de los Waggoman (Donald Crisp). Pero el anciano está perdiendo la vista a marchas forzadas y su ceguera, tan simbólica como física, le impedirá darse cuenta de quién es el verdadero asesino de su hijo.

También se han comparado las desavenencias en el seno del rancho Barb con un cierto dramatismo a lo Rey Lear, si bien la venta de rifles de repetición a los indios conectaría de pleno con el comercio fraudulento de armas que hoy en día trae de cabeza a tantísimos gobiernos en el mundo.



Sabiamente filmada en CinemaScope y Technicolor, la cinta supuso la última colaboración de la fructífera alianza entre actor y director. Algo que se deja traslucir en la violencia descarnada de algunas escenas, como el tiro que (fuera de campo) le pegan en la mano a Will Lockhart (Stewart) o el ataque desproporcionado que éste padece en las salinas.

Hay, por último, una historia de amor en ciernes que no llega a concretarse, aunque, a este respecto, el final queda más bien abierto, con el inquieto Will abandonando los secarrales de Coronado (Nuevo Méjico) en dirección a su hogar en la lejana Laramie (Wyoming), pero emplazando a la delicada Barbara (Cathy O'Donnell) para que se reúna con él algún día.


4 comentarios:

  1. de todos los sentimientos el de hermanos me parece uno de los mas fuertes y un buen puntapié de guión para realizar...

    de la peli no puedo decir nada porque no la conozco, saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin entrar en detalles (ya que dices que no la has visto), te diré que ese vínculo fraternal al que aludes está presente en la película por partida doble.

      Saludos, brother.

      Eliminar
  2. Comentamos hace poco las bondades de esta gran película en facebook y hacíamos especial hincapié en el dominio del scope por parte de Mann en varias secuencias. Uno de los muchos elementos a destacar de esta muy recomendable cinta.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acabo de leer la reseña que publicaste en tu blog en aquel lejano 2008 y coincido plenamente con lo que allí decías al respecto.

      Desde luego, Mann es uno de esos directores a los que no habría que cansarse de reivindicar (lástima que en nuestro país a menudo se le recuerde como marido de Sara Montiel y no como el gran cineasta que fue).

      Saludos y feliz día de San Juan.

      Eliminar