viernes, 15 de enero de 2016

Esta tierra es mía (1943)




Título original: This Land Is Mine
Director: Jean Renoir
EE.UU., 1943, 103 minutos

Esta tierra es mía (1943), de Jean Renoir


Segunda película oficial de Renoir en Hollywood (la primera había sido Aguas pantanosas en 1941) o tercera si se tiene en cuenta su aportación no acreditada en Mi encantadora esposa (Bruce Manning, 1943). En el caso de que fuera necesario etiquetar de alguna manera el contenido de Esta tierra es mía deberían utilizarse palabras como colaboracionismo, Resistencia, ocupación, valentía...

Lejos de su Francia natal por motivos obvios, el director pretende con este filme poner su grano de arena en la lucha contra el nazismo y el gobierno de Vichy, resultante de la firma del armisticio con los alemanes el 22 de junio de 1940. Se trata, sin duda, de uno de los episodios más vergonzantes de la historia de aquel país y a Jean Renoir le duele ver cómo el mariscal Pétain ha creado un régimen de marcado perfil autoritario.

Con este contexto, se comprenderá por qué el maestro de escuela Albert Lory (Charles Laughton) es un hombre apocado bajo la influencia castradora de su madre: simboliza a todos aquellos ciudadanos de la zona "libre" del Estado Francés que no han sido capaces de rebelarse contra una autoridad que ha entregado la nación al enemigo. Es muy significativa, al respecto, la escena que muestra a Lory llorando en el refugio antiaéreo durante un bombardeo, puesto que con ella se pretende subrayar la cobardía de quien debiera dar ejemplo de entereza frente a sus alumnos.

Charles Laughton y Maureen O'Hara

Sin embargo, la evolución posterior de los hechos pondrá a Albert en la tesitura de tener que sacrificarse por el bien de la comunidad. En uno de los finales más emotivos del cine de aquel periodo, junto con el de El gran dictador, Albert Lory acabará leyendo en clase la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. Acto seguido será conducido frente al pelotón de fusilamiento... Pero el suyo es un sacrificio cargado de esperanza, porque en los cien minutos que dura la película se ha obrado el milagro en pantalla y el que era un vulgar pusilánime es ahora un héroe para la causa, como lo serán todos aquellos que vean su historia en todo el mundo.

Algo similar es lo que acontece con Louise Martin (Maureen O'Hara): ha malgastado su tiempo en una relación con George Lambert, un hombre estirado y pedante que acabará delatando a su hermano (hemos visto a George Sanders interpretar a ese tipo esnob en incontables ocasiones). Cuando, demasiado tarde, sea consciente de la inocencia de Albert, Louise estallará en lágrimas, pero la lucha habrá ganado otra adepta.

Del estrambótico Mayor Erich von Keller (Walter Slezak) baste decir que su rígido brazo postizo hace pensar en el que, años más tarde, el actor Fernando Delgado lucía en La prima Angélica (1974) escayolado y haciendo un forzado saludo fascista.

El mítico Alfonso Sánchez dijo de Jean Renoir que "siempre se adelantó varios años al cine de su tiempo. [...] El amor al hombre preside toda su obra. En los filmes de Renoir todos los personajes tienen sus problemas, pequeños o grandes. [...] Inserta el drama personal en el contenido social, participa en todos sus sentimientos, obliga al espectador a inmiscuirse en los personajes. [...] Su sentido visual revoluciona la realización clásica. [...] Renoir es por sí mismo la iniciación al cinema moderno" (Iniciación al cine moderno, volumen I, Editorial Magisterio Español, Colección Novelas y cuentos, 112, Madrid, 1972, páginas 24, 25, 27 y 29).

Jean Renoir (1894-1979)

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