sábado, 16 de enero de 2016

Onibaba (1964)




Título alternativo: Demonio feo
Director: Kaneto Shindô
Japón, 1964, 103 minutos

Onibaba (1964) de Kaneto Shindô


En el Japón del siglo XIV, una mujer y su suegra (interpretada, como es habitual en el cine de Kaneto Shindô, por la actriz Nobuko Otowa) se dedican a matar a samuráis solitarios para luego revender sus pertenencias. Viven en una choza miserable situada en las inmediaciones de un cañaveral y cada día, al caer la noche, el viento agita los tallos de un mar de hierba que alberga en su interior una sima en la que las dos mujeres arrojan los cadáveres de sus víctimas.

Pero un día la suegra decide utilizar una horrible máscara de demonio para aterrorizar a su nuera como represalia por haber mantenido relaciones con otro hombre sin haber esperado a que su hijo Kichi regresara de la guerra.



Hasta aquí todo sería muy fácil, pero hay varios factores que deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar, ¿de dónde sale la máscara? La anciana logra arrancársela, no sin arduo esfuerzo, a un misterioso guerrero malherido. Pero lo que ve bajo ella resulta descomunalmente espeluznante... Y la historia se repetirá, con idéntico resultado, cuando, tiempo después, sea la nuera quien se la consiga quitar a su suegra. El guion de Shindô no puede ser más eficaz, en ese aspecto, habida cuenda de la maestría que demuestra a la hora de confundir a los personajes (y de paso al espectador) sobre la posible naturaleza paranormal de los acontecimientos.

A tal efecto, la espléndida partitura compuesta por Hikaru Hayashi contribuye enormemente a reforzar la sensación de espanto en una película que participa a partes iguales de la recreación histórica y del terror psicológico.



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