martes, 17 de marzo de 2015

Le tempestaire (1947)




Director: Jean Epstein
Francia, 1947, 22 minutos



Títulos de crédito iniciales

La penúltima película dirigida por Jean Epstein recuperaba el ambiente hipnótico de La caída de la casa Usher. Una joven y una mujer mayor hilan en silencio en su morada a orillas del mar en una aldea bretona, mientras  afuera el viento sopla amenazador. A pesar de las señales de mal augurio, el novio de la muchacha (un temerario marinero) hace caso omiso de sus advertencias y decide hacerse a la mar. Desesperada, ella solicitará la ayuda de un misterioso anciano y de su mágica bola de cristal para calmar las aguas embravecidas.

Le tempestaire tiene algo que hace pensar en los ambientes opresivos calvinistas de la Dinamarca profunda que retratara Dreyer en películas como Dies irae (1943). Aunque aquí el verdadero protagonista es el mar de las costas de Belle-Île-en-Mer y Morbihan, en la Bretaña francesa. Y sobre todo el viejo marinero barbudo capaz de hacer retroceder las olas del temporal: en realidad, se trataba de un vecino de la localidad apodado Moule ("Mejillón") y su bola de cristal no era más que una de las boyas de vidrio que solían ir atadas a las redes antiguamente. Pero la imagen tiene ímpetu como representación visual de los arcanos insondables que rigen las fuerzas de la naturaleza y de cómo el hombre trata de domeñarlos.

Una vez más, Jean Epstein se revela como un poeta de enormes proporciones.


Los exteriores se rodaron en Belle-Île-en-Mer y Morbihan

La anciana a la joven: "No hay que creer en los malos augurios: ¡está prohibido!"

La fuerza del mar embravecido

La joven teme por la suerte de su prometido

El viejo Moule ve el mar a través de su bola

Se produce el milagro

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