domingo, 1 de marzo de 2015

El espejo de las tres caras (1927)










Título original: La glace à trois faces
Director: Jean Epstein
Francia, 1927, 45 minutos

El espejo de las tres caras (1927)


Psicológica película vanguardista, inspirada en el relato homónimo de Paul Morand, sobre un joven adinerado del que, de manera consecutiva, se enamorarán Pearl (una elegante inglesa), Athalia (una escultora rusa) y Lucie (una ingenua muchacha de clase obrera). Pero debido a la flaqueza de su carácter, el pusilánime rehúye cualquier tipo de compromiso que impongan las relaciones amorosas. De hecho, se diría que él solo está enamorado de su coche... Por ello, en lugar de acudir a las citas con las chicas, tomará su deportivo descapotable de un garaje ultramoderno, poniendo rumbo, a toda velocidad, hacia las playas de moda de Deauville. Aunque en su camino, chocará fatalmente con una golondrina que vuela en sentido contrario...




La película está dividida en tres segmentos, tantos como mujeres enamoradas del protagonista. Estas secuencias se insertan en escenas en las que cada una de las tres mujeres está rememorando su propia historia de amor. Por lo tanto, presente, futuro y pasado se combinan de tal forma que no pueden distinguirse con claridad. Dicho entrelazamiento en el tiempo de varios estratos de experiencia motivó que El espejo de las tres caras haya sido considerada por algunos críticos una más que posible fuente de inspiración para cineastas posteriores como el francés Alain Resnais, por lo que esta película prefiguraría, hasta cierto punto, El año pasado en Marienbad (1961).

Aun así, Jean Epstein acabaría por renegar en futuras producciones de este cine más experimental que parecía aproximarle por momentos al Surrealismo que tanto criticó después.


Escena final de La glace à trois faces

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