Título original: The Long, Hot Summer
Director: Martin Ritt
EE.UU., 1958, 117 minutos
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El largo y cálido verano (1958) de Martin Ritt |
Frenchman's Bend era una zona de fértiles tierras bajas a la orilla del río, situada treinta kilómetros al sudeste de Jefferson. Rodeada de colinas y aislada, bien definida aunque sin límites precisos, a caballo entre dos condados, pero sin deuda de fidelidad con ninguno, Frenchman's Bend había sido el primitivo emplazamiento, por concesión estatal, de una extensísima plantación anterior a la guerra civil; plantación cuyas ruinas —el cascarón vacío de una enorme casa con sus establos derruidos, sus barracones para los esclavos, sus jardines llenos de malas hierbas, sus terrazas de ladrillo y sus paseos— aún recibían el nombre de casa del Viejo Francés, a pesar de que, en la actualidad, de las lindes originales sólo quedase constancia en los viejos registros descoloridos de la oficina del Catastro en el Juzgado del Distrito de Jefferson, y a pesar de que incluso algunos de los campos en otro tiempo fértiles hubiesen vuelto a ser las junglas de bejucos y cipreses que su primer dueño talara a machetazos.
William Faulkner
El villorrio (1940)
Traducción de José Luis López Muñoz
Basada en El villorrio, primera entrega de la Trilogía de los Snopes de William Faulkner, The Long, Hot Summer (1958) transcurre en los tórridos dominios de un gerifalte sureño. Papel que nos muestra a Orson Welles en todo su esplendor, tan excesivo y al mismo tiempo tan genial como siempre. La réplica se la da un jovencísimo Paul Newman, en los inicios de su prometedora carrera, y, de ser ciertos los rumores al respecto, parece que tras las cámaras no hubo mucha química entre el veterano cineasta (receloso de los métodos de la generación forjada en el Actor's Studio) y el apolíneo actor.
El caso es que el papel de este último, Ben Quick, se ajustaba a un perfil de new kid in town ("el chico nuevo en la ciudad"), mitad díscolo mitad ambicioso, que respondería igualmente a lo que, con otro anglicismo, pudiera denominarse self-made man en potencia. Por eso le cae en gracia al viejo Varner (Welles) y entra en abierto conflicto con el consentido Jody (Anthony Franciosa), quien, a su vez, y al sentirse traicionado por su progenitor, proyectará toda esa ira sobre su propio padre.
Lo cierto es que el reparto contó, asimismo, con la presencia de Joanne Woodward en el rol de hija prudente y algo arisca del patriarca, si bien la película pasaría a la posteridad por unir de por vida a la actriz con Newman, a uno y otro lado de la pantalla, formando una de las parejas más duraderas que haya visto Hollywood.
Rencillas familiares que hacen saltar chispas, en sentido literal y figurado, en este imponente fresco de una época, así como de las costumbres e ideología imperantes en el sur de los Estados Unidos. Melodrama magistralmente dirigido por Martin Ritt (dicen que logró la hazaña de "domar" a Welles) en el que, por otra parte, se intuye también una fuerte carga erótica latente que, sin embargo, nunca llega a caer en la vulgaridad.
Un excelente melodrama que se parece a otros muchos ubicados en el profundo sur, con chicos simpáticos y terratenientes que los prefieren a sus propios hijos, para frustración y enfado de estos últimos.
ResponderEliminarUn abrazo.