domingo, 29 de enero de 2017

Sabían demasiado (1962)




Director: Pedro Lazaga
España, 1962, 90 minutos

Sabían demasiado (1962) de Pedro Lazaga


El mismo año en el que se estrenaba Atraco a las tres de Forqué, hacía lo propio Sabían demasiado: otra parodia del mundo del hampa y dirigida por Pedro Lazaga, cineasta que no iba a la zaga (valga la redundancia) del primero. Porque si el uno supo sacar el máximo partido de actores como José Luis López Vázquez, el otro tampoco se quedó atrás. Véase, si no, un ejemplo práctico extraído de la película que nos ocupa: llaman a la puerta (toc,toc). ¡Carta de Chicago! Y fíjense ustedes con qué naturalidad el Palillos se saca de la boca el ídem que le ha valido el apodo, lo utiliza como cortaplumas y, una vez abierto el sobre de la misiva, se vuelve a poner el mondadientes en la susodicha. Sin complejos...

Pero es que la nómina de actores que conforman el resto del reparto es sencillamente portentosa. Tony Leblanc es Teodoro Caballero, alias "El Señorito". Harto de robar carteras y aspirando a tentativas de mayor ambición, se marcha a Estados Unidos en busca de nuevas ideas. Regresará al cabo de poco tiempo, aunque lo único que se traerá será un matón llamado Joe y poco más. En cambio, de la academia de idiomas Addams, adonde ha intentado antes aprender algo de inglés, saldrá encandilado por la belleza de su maestra Margarita (Concha Velasco).



Pepe Isbert, muy en su línea, encarna a un viejo tronado que participó en la guerra de Cuba y con el que, tras haberlo secuestrado, deberán cargar porque su nuera, que ya no lo soportaba más, se niega a pagar el rescate. Claro que el anciano no dudará en unirse a la banda para atracar el banco de la mujer de su hijo y así tomarse la revancha...

Mención aparte merece el caso de José Luis Ozores, quien interpreta a El Grillo: antiguo compinche del grupo, se enemista con El Señorito tras salir de la cárcel dada su oposición a dejar de robar carteras (que es su especialidad, por otra parte). Pero lo verdaderamente llamativo es el hecho de que, en la práctica totalidad de escenas en las que interviene, Ozores es filmado sentado o de pie pero siempre inmóvil (cuando, por exigencias del guion, el personaje debía caminar o correr se filmó a un doble de espaldas). Es de sobras conocida la limitación de movimientos que el actor, fallecido en 1968 con apenas 44 años, padecería en el último tramo de su vida como consecuencia de la esclerosis múltiple, por lo que Pedro Lazaga se las tuvo que ingeniar para ajustar el rodaje a tan dura realidad sin que se notase excesivamente.


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