Título original: Opening Night
Director: John Cassavetes
EE.UU., 1977, 145 minutos
![]() |
Noche de estreno (1977) de John Cassavetes |
Se abre el telón... Y Myrtle Gordon (una pletórica Gena Rowlands en el punto álgido de su carrera profesional) se enfrenta a la siempre difícil tarea de satisfacer las expectativas del público. Aunque entre la legión de admiradores que se agolpan esa noche a la salida del teatro se encuentra una joven, de nombre Nancy (Laura Johnson), que morirá al cabo de unos instantes, atropellada en plena calle y bajo la lluvia, después de haber tenido la oportunidad de saludar a su ídolo. Dicha circunstancia, recreada muchos años más tarde por Almodóvar en Todo sobre mi madre (1999), será el detonante de una gravísima crisis personal que sume a la actriz en una profunda depresión.
No cabe duda de que Opening Night (1977), con su hábil mezcla de esferas en la que, en cuestión de segundos, pasamos del escenario a la vida real, tiene bastante de radiografía de una profesión que tanto John Cassavetes como su esposa conocían al dedillo. Sobre todo en lo tocante a cuantos entresijos se viven entre bastidores, donde la autora de la obra (Joan Blondell), el productor (Paul Stewart) y el director del montaje (Ben Gazzara) ejercen innumerables presiones para que el proyecto salga adelante, cierto, pero también con la intención de coartar la libertad de los intérpretes a la hora de darle vida al texto.
Cuestión, esta última, que nos lleva de nuevo a las motivaciones de Cassavetes, ahora en su faceta de guionista, al plantear una historia que gira en torno a la fragilidad de los actores. Y no sólo en lo tocante a los nervios de una noche de estreno o la lucha de egos que se establece entre estrellas, elementos, todos ellos, presentes en la película, sino también respecto a la camaradería que se establece detrás de los decorados en esa especie de familia que integran los miembros del equipo técnico (sirva de ejemplo el cariño con el que el regidor le sujeta el cigarrillo a Myrtle, e incluso la invita a un sorbo de bourbon, antes de salir a escena).
Lejos de ser una pieza menor en su filmografía, Opening Night representa un esfuerzo notable por parte de Cassavetes en la búsqueda de una inmersión un tanto claustrofóbica en el torbellino emocional de una actriz al borde del abismo. Lo cual implica, igualmente, a Gena Rowlands. De hecho, el personaje que debe encarnar en la nueva obra, una mujer que envejece y se enfrenta a la soledad, se convierte en un espejo deformante que amplifica sus propias angustias, sus miedos inconfesables. Y así la frontera entre ambas se difumina progresivamente, hasta que Myrtle parece perderse en un laberinto de espejos donde ficción y realidad se entrelazan de manera inextricable. Hasta el extremo de que los ensayos se convierten en sesiones de psicoanálisis a cielo abierto, donde afloran los fantasmas personales de Myrtle y se proyectan sobre el texto de la obra, contaminándolo, enriqueciéndolo tal vez con una verdad que va más allá de las palabras escritas.
Siempre le interesaron los entresijos del mundo de la escena.
ResponderEliminarPor algo fue cocinero (actor) antes que fraile (director).
Eliminar