Título original: The Killing of a Chinese Bookie
Director: John Cassavetes
EE.UU., 1976, 135 minutos
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El asesinato de un corredor de apuestas Chino (1976) |
Se puede decir que en The Killing of a Chinese Bookie (1976) Cassavetes reformula los códigos del cine negro para llevárselos a su terreno. El resultado es un neonoir, sí, ambientado en los típicos ambientes sórdidos del género, aunque, al mismo tiempo, abierto a lecturas en clave alegórica. De hecho, el aura existencial que desprende un personaje como Cosmo Vittelli (Ben Gazzara), enfrentado a una panda de mafiosos que le imponen sus reglas, enlazaría a la perfección con las exigencias que el propio Cassavetes debió de acatar a lo largo de su carrera para satisfacer a la industria hollywoodense.
Estamos, por tanto, frente a un perdedor entrañable, orgulloso del decadente local de estriptis que regenta, el Crazy Horse West, cuyas chicas desnudan sus cuerpos despampanantes para la concurrencia, noche tras noche, al son de las canciones del inefable Mr. Sophistication (Meade Roberts). Imposible no sentir compasión por ese tipo entregado a su negocio y al que los secuaces de un influyente capo (Morgan Woodward) obligan a cometer un crimen por encargo para así saldar las deudas de juego que había contraído con ellos.
Lejos del brillo y la grandilocuencia de los grandes estudios, Cassavetes, operando con su habitual independencia y una estética cruda, construye un retrato fascinante y a la vez perturbador de un hombre atrapado en la telaraña de sus propias fantasías. La cámara, nerviosa e íntima, sigue de cerca sus vacilaciones, su creciente terror y su torpe intento de llevar a cabo un acto que lo sobrepasa por completo. La atmósfera, cargada de una tensión palpable, se construye a través de largas tomas, diálogos improvisados y una banda sonora que subraya la desolación del entorno.
La película se convierte, así, en una reflexión inquietante sobre la fragilidad del sueño americano, la soledad del individuo y las consecuencias devastadoras de las decisiones impulsivas. Más que un simple relato criminal, se trataría de un crudo estudio de personajes y una exploración sombría de los márgenes de la sociedad. Con su estilo inconfundible y la poderosa interpretación de Gazzara, The Killing of a Chinese Bookie se erige en testimonio perdurable de la visión única y la audacia de uno de los cineastas más importantes e influyentes del cine independiente americano. Una joya áspera y conmovedora que sigue resonando con una fuerza inusual casi medio siglo después de su estreno.
El cine sobre perdedores, que Cassavetes, sin duda, lleva a su terreno, tiene cierta tradición en el cine americano. Usualmente, se trata de grandes películas (a veces, pequeñas grandes películas).
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues ese sería precisamente el caso de esta película.
EliminarUn abrazo.
Un gran trabajo de Ben Gazzara que logra una magnífica actuación y Cassavetes que, según algunos críticos, lo que pretende es contarnos sus particulares experiencias sobre el mundo del arte y que encuentra un ambiente propicio para su cine en este destartalado cabaret al que convierte en su propio universo.
ResponderEliminarPara ser una película de hace casi cincuenta años, visualmente no ha envejecido en absoluto.
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