sábado, 24 de abril de 2021

Volver a empezar (1982)




Director: José Luis Garci
España, 1982, 87 minutos

Volver a empezar (1982) de José Luis Garci


El pasado 28 de febrero habría cumplido cien años Antonio Ferrandis (1921–2000), actor que pasará a la posteridad por haber sido el Chanquete de la serie televisiva Verano azul y, casi por aquellas mismas fechas, el protagonista de la primera película de habla hispana en alzarse con un Óscar de Hollywood. Volver a empezar (1982) narra la historia de un exiliado republicano, flamante ganador del Nobel de literatura, que, en su viaje de regreso a San Francisco tras recoger el premio, hará escala en Gijón durante unos días para reencontrarse con la ciudad y los recuerdos de su juventud.

La quietud que transmite la puesta en escena de Garci, adornada, aquí y allá, con la canción de Cole Porter que sirve de subtítulo ("Begin the Beguine") y, sobre todo, el omnipresente Canon de Pachelbel, pone de manifiesto una cierta nostalgia que, a partir de este filme, se iba a convertir en uno de los rasgos más característicos de su particular forma de entender el cine. No en vano, la segunda oportunidad que les brinda la vida a Antonio Albajara (Ferrandis) y Elena (Encarna Paso) hace revivir en ellos la ilusión de un antiguo amor que la guerra y los avatares del destino truncaron y que ahora, más de cuarenta años después, retoman con la serenidad propia de la madurez.



Se ha dicho en más de una ocasión que la escena en la que el protagonista recibe una llamada telefónica del rey para darle la enhorabuena por el premio resulta forzada y hasta de hacer sentir vergüenza ajena. En todo caso, y que conste que lo decimos sin socarronería, ésta no desentona con el resto de una cinta en la que también se incluye una visita al Molinón y un almuerzo con los jugadores del Sporting: detalles que perfilan el talante mitómano de un director al que nunca le han faltado detractores por ello.

Hay un momento, entre las muchísimas confesiones que se hacen el uno al otro, en el que Antonio declara que le gusta más la primera parte de su vida porque en ella estaba Elena. Sutil declaración de amor que se complementa, ya al día siguiente, con otras bellas palabras: "Los hombres y las mujeres son capaces de amar hasta el último momento de la vida. En realidad, sólo se envejece cuando no se ama..." La verdad es que sabe bien de lo que habla, ya que los médicos le dan apenas siete meses de vida. Sin embargo, él preferirá no decirle nada para no enturbiar la magia de su reencuentro. A fin de cuentas, ya se había sincerado previamente, en una escena muy emotiva, con su viejo amigo Roxiu (José Bódalo), de modo que es muy probable que le haya llegado el chivatazo a Elena o que ésta simplemente intuya el fatal desenlace. Y así, el viejo profesor regresa a sus clases en la Universidad de Berkeley: se ha cumplido un ciclo y las cuentas pendientes con el pasado han quedado saldadas.



6 comentarios:

  1. Es una de esas historias que gustan en Hollywood.

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    1. Sin duda, aunque el propio Garci también es un experto conocedor del cine americano.

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  2. Un poco ñoña. Pero, bueno, ganó un Óscar.

    Un abrazo.

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    1. ¿Y qué película de Garci no es un poco ñoña? En todo caso, ésta le salió algo más redonda (o, por lo menos, cayó más en gracia).

      Un abrazo.

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  3. Soy de los que le gusta el cine de Garci, y su tendencia a la nostalgia es desde luego un elemento común en sus cintas, igual que la cinefilia. Sin embargo, sus largometrajes son muy costumbristas y da la impresión de que no van a envejecer demasiado bien. Y a medio plazo creo que es verdad, pero curiosamente, cuando ya han pasado cuatro décadas, como es el caso, se vuelven a ver con agrado.
    Saludos!

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    1. Supongo que eso es algo que le ocurre a la mayor parte de películas, sobre todo a medida que el paso del tiempo las acaba convirtiendo en documentos históricos.

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