domingo, 20 de octubre de 2019

La fiesta de Henriette (1952)




Título original: La fête à Henriette
Director: Julien Duvivier
Francia, 1952, 118 minutos

La fiesta de Henriette (1952) de Julien Duvivier


Verdadero ejercicio de estilo, a la par que original muestra de work in progress, La fête à Henriette supone un cierto paréntesis de comicidad en la carrera del cineasta francés Julien Duvivier, quien inmediatamente antes y después de esta película dirigirá las dos partes del díptico protagonizado por Fernandel en el  el rol del cura don Camilo.

Un par de guionistas, presumiblemente trasunto del propio Duvivier y de su habitual colaborador Henri Jeanson, proyectan llevar a cabo un filme que iremos viendo conforme ellos lo imaginan, no sin antes experimentar algunas que otras desavenencias propias de sus caracteres opuestos. Y es que uno, todo fatalismo, fantasea con un recital de planos inclinados, mientras que el otro, más festivo, tira de ángulos en picado e inserta las evoluciones de la pareja protagonista junto con imágenes de archivo de concurridos festejos del 14 de julio.



De hecho, ambos escritores vendrían a ser una especie de encarnación del Destino que juega con sus criaturas como si de marionetas se tratase. Así pues, Henriette (Dany Robin), la cándida muchacha que se dispone a celebrar el día de su onomástica, coincidente con la fiesta nacional, oscilará, sucesivamente, entre el fotógrafo Robert (Michel Roux) —que es también su prometido— y el más acanallado Maurice (Michel Auclair), de la misma manera que una fascinante artista de circo extranjera (Hildegard Knef) parece cruzarse en el camino del primero de dichos hombres.

Y es que la tentación, en este caso, "no vive arriba", sino que se manifiesta, cosa insólita para aquella época, en forma de mujeres en ropa interior que, a buen seguro, algo tuvieron que ver con la pronta retirada de la cinta de los circuitos de exhibición comercial. De todos modos, la originalidad de semejante planteamiento perduró en la memoria colectiva de los ejecutivos hollywoodenses que, algunos años después, rescatarían la trama, ahora con William Holden y Audrey Hepburn en los papeles principales, dirigidos por Richard Quine, bajo el título de Encuentro en París (Paris - When It Sizzles, 1964).

En Argentina, el filme se tituló La inocente Enriqueta

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