domingo, 14 de junio de 2015

Rashômon (1950)




Director: Akira Kurosawa
Japón, 1950, 88 minutos

Rashômon (1950) de Akira Kurosawa


Si en nuestra anterior entrada decíamos que Dovzhenko son palabras mayores, ¿qué decir de Akira Kurosawa? Con Rashômon se dio a conocer internacionalmente: ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia en 1951 y del Óscar a la Mejor película extranjera un año después, existe la leyenda de que la segunda de dichas categorías fue creada expresamente para premiar este filme. 

Sea como fuere, lo cierto es que estamos ante un verdadero monumento al escepticismo como doctrina filosófica que consiste en afirmar que la verdad no existe o que, si existe, el hombre es incapaz de conocerla. Hasta cinco personas distintas testifican en el juicio en el que se intenta esclarecer qué ocurrió realmente con el samurái Takehiro Kanazawa y su esposa Masako, pero cada una de las versiones difiere de la anterior, con lo que se da pie a un complejo entramado en el que todos los puntos de vista son igualmente susceptibles de ser verdaderos o falsos.

Ante la imposibilidad de desentrañar con certeza el fondo del asunto, el sacerdote llegará a afirmar: "Si los hombres no confían entre sí, esta tierra bien podría ser el infierno". A lo que el plebeyo le responde: "¡Correcto!: el mundo es una especie de infierno". Y sigue el diálogo:

Sacerdote: ¡No! ¡No quiero creer eso!
Plebeyo: Nadie te escuchará, no importa lo fuerte que grites. Solo piensa: ¿cuál de estas historias te parece más cierta?
Leñador: Ninguna tiene sentido.
Plebeyo: Pues no te preocupes por eso: tampoco los hombres suelen ser razonables...

La acción arranca bajo una lluvia torrencial de claro valor metafórico, pues solo cuando el temporal amaine habrá motivos para recobrar la esperanza en el ser humano: si bien el plebeyo no duda en robar la ropa de una criatura abandonada y huir, el leñador (en un gesto que le honra) decidirá hacerse cargo del expósito pese a ya ser padre de seis criaturas, provocando así la lógica alegría del sacerdote.

De izquierda a derecha: el sacerdote, el plebeyo y el leñador
A la izquierda, el bandido Tajômaru (Toshirô Mifune)
Masako (Machiko Kyô)

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