lunes, 1 de julio de 2024

Divorcio a la italiana (1961)




Título original: Divorzio all'italiana
Director: Pietro Germi
Italia, 1961, 105 minutos

Divorcio a la italiana (1961) de Pietro Germi


Ese barón de aire circunspecto y mirada lánguida, aristócrata decadente de la no menos decadente nobleza siciliana, le valió a Marcello Mastroianni el honor de ser el primer intérprete masculino de habla no inglesa que optaba a ganar un Óscar. Lo mismo que su director, Pietro Germi (1914-1974), quien además de ser nominado a la Mejor Dirección se haría con la preciada estatuilla gracias a un cáustico guion coescrito junto con Ennio De Concini y Alfredo Giannetti.

Valiéndose de un sutilísimo humor negro, los responsables de Divorzio all'italiana (1961) esbozan un panorama, el de la anquilosada sociedad meridional, que, a grandes rasgos, no difiere gran cosa de lo que un par de años después, ya en clave histórica y con un planteamiento mucho más serio, mostraría el Visconti de Il gattopardo (1963). Aunque aquí, a diferencia de los intríngulis de la fastuosa oligarquía decimonónica, todo se desarrolla en un ambiente mucho más de estar por casa.



De entre los numerosísimos momentos memorables de esta delirante comedia costumbrista quizá el que ha quedado para la posteridad, por lo que tiene de guiño cinéfilo, es el de la proyección de La dolce vita (1960) ante una nutrida audiencia de paisanos deseosos de recrearse admirando la escultural anatomía de la sueca Anita Ekberg. Inaudita e intencionada referencia, puesto que, como todo el mundo sabe, la réplica, zambullidos en las aguas de la Fontana di Trevi, se la daba el propio Mastroianni.

En todo caso, lo verdaderamente interesante de su impecable puesta en escena reside en la mordacidad con la que retrata conceptos hoy tan caducos como el adulterio o el honor, hasta el extremo de cuestionar la institución del matrimonio y la idea del amor romántico. De hecho, y ante la imposibilidad de obtener la separación mediante cauces legales, si el lacónico "Fefè" planea asesinar a su esposa (Daniela Rocca) es para poder casarse después con su joven y atractiva prima (Stefania Sandrelli). De todo lo cual se desprende una auténtica sátira de la sociedad italiana de posguerra, que se encontraba en un proceso de profunda transformación social y política.



6 comentarios:

  1. Una crítica a la hipocresía de cierta sociedad italiana del momento en clave de humor.

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    1. Totalmente. Por eso la cámara insiste varias veces en enfocar la sede local de la Democracia Cristiana.

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  2. Otro gran ejemplo de la comedia italiana (¿o debería decir siciliana?).

    Un abrazo.

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    1. Pues sí, en este caso sería lo más acertado.

      Un abrazo.

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  3. La vi por primera vez en mi tierna juventud a finales de los años sesenta (yo entonces estaba "enamoradísimo" de Stefania Sandrelli) y no tuve ocasión de volver a verla (la película) hasta 2018.
    Ya en frío, me parece una comedia farsesca que arremete contra el manipulable “honor siciliano” cuyo elemento desenca­denador es casi siempre el sexo y los celos. Muy alabada en su día, el tiempo creo que se ha encargado de hacer palidecer, a nivel de guión y puesta en escena, alguna de las que entonces parecían inapelables virtudes. Pero por el contenido del texto que publicas tal vez merecería por mi parte dedicarle un tercer visionado.
    Un saludo.

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    1. Supongo que hay que situar cada cosa en su tiempo. En cualquier caso, a mí me parece que se trata de una película que hace gala de un humor muy inteligente.

      Saludos.

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