martes, 13 de julio de 2021

Tráiler para amantes de lo prohibido (1985)




Director: Pedro Almodóvar
España, 1985, 18 minutos

Tráiler para amantes de lo prohibido (1985)


La periodista Paloma Chamorro (1949-2017), a la sazón presentadora del mítico espacio televisivo La edad de oro, le había propuesto a Almodóvar, en reiteradas ocasiones, que colaborase de alguna manera con su programa. Y, tras mucho insistir, el resultado final fue este "tráiler" (cuya duración se prolonga a lo largo de casi veinte minutos, pero el manchego hasta en esto es único) que en teoría tenía que servir para promocionar la que en aquel momento era su última película: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984).

Sin embargo, Tráiler para amantes de lo prohibido (1985) tiene muy poco de tráiler propiamente dicho (apenas se ve algún cartel de la peli) y mucho del cine musical con el que creció el director. Porque los personajes, cantando en riguroso playback, se comunican a través de canciones que ya existían previamente: boleros de Olga Guillot como "La maleta" o la rumba flamenca "Voy" de Bambino. Mezcla ecléctica, como suele ser habitual en el universo almodovariano, en la que también tienen cabida, como música incidental, temas instrumentales de Bowie ("Subterraneans", "Sense of doubt") o hasta la célebre "Cumparsita".

Visualmente, el corto denota una factura muy próxima a la de otras emisiones producidas por TVE en aquella época, como, por ejemplo, La bola de cristal, amén de una delirante puesta en escena de inspiración melodramática en la que Bibi Andersen encarna a una femme fatale de nombre Lili Put y Josele Román pasará de sumisa ama de casa (a la que abandona el marido) a desmelenada mujer de la calle que entona, sucesivamente, el "Where is my man?" de Eartha Kitt y "No me puedo quejar", versión castellana del "Non, je ne regrette rien" que popularizaron Los cinco latinos.

La primera (y casi única) incursión del cineasta en un medio por el que nunca ha sentido demasiado aprecio (su segundo y, hasta la fecha, último trabajo para la televisión fue el spot de Pastas Ardilla) se saldó con una huelga de los trabajadores del ente público, quienes se negaban a permanecer en el plató más horas de las legalmente estipuladas: gajes de un oficio siempre condicionado por imprevistos.



4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Desde luego: la televisión de aquel entonces era muy innovadora.

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  2. ¡No lo había visto! ¡Es genial!

    Gracias. Un abrazo.

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    1. De nada, hombre. Lo interesante de este proyecto, a pesar de los muchos quebraderos de cabeza que le acarreó a Almodóvar, es que fijó un modelo que luego han imitado otros, desde "El otro lado de la cama" hasta "8 femmes" de François Ozon.

      Un abrazo.

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