sábado, 17 de julio de 2021

El espíritu de la colmena (1973)




Director: Víctor Erice
España, 1973, 98 minutos

El espíritu de la colmena (1973) de Víctor Erice


Una enigmática melodía de Luis de Pablo para flauta y piano, sobre el fondo de unos dibujos coloreados por las mismas niñas que protagonizan la película, preside los títulos de crédito iniciales de El espíritu de la colmena (1973). Con un "Érase una vez..." que, unido al "Vamos a contar mentiras" cuyas notas recogerá la banda sonora en algún que otro momento, advierte de la óptica infantil a través de la cual se va a narrar lo acontecido en "un lugar de la meseta castellana hacia 1940".

Poco importa que la guerra civil hubiese terminado apenas un año antes: el mundo de Ana (Torrent) e Isabel (Tellería) está habitado por espíritus que acechan en las sombras y tan real es el monstruo de Frankenstein en la pantalla del cine del pueblo como un prófugo de la justicia refugiado en una casa abandonada. A su edad, los límites que separan la fantasía de la realidad son muy tenues o directamente inexistentes.



Quizá por ello, por esa mirada candorosa que se desprende de los ojos de las dos hermanas, resultan prácticamente innecesarios unos diálogos que, ya de por sí escasos, poco pueden añadir a lo mucho que dicen las imágenes. Porque Víctor Erice, y ahí es donde reside su principal mérito como director, recurre al carácter esencialmente visual del arte cinematográfico para dar a entender lo que pasa por la mente de los personajes. Por ejemplo en la secuencia en la que el padre (Fernando Fernán Gómez) saca durante el desayuno su reloj (el mismo que se hallaba en uno de los bolsillos de la chaqueta que Ana le dio al fugitivo) y, tras mirar con semblante recriminatorio a la niña, queda meridianamente claro que tiene constancia de las visitas de su hija a la guarida del individuo.

No es mucho lo que sabemos de las vidas de los adultos, aparte de que siguen bajo los efectos de la reciente contienda. Él divide su tiempo entre la apicultura y escribir en su gabinete. Ella (Teresa Gimpera) añora a un antiguo amante al que envía cartas que no sabe si llegarán a su destino. Mientras, las niñas comparten juegos y susurros en la intimidad de su habitación. El resto de la casa es como una colmena vacía, bañada por el ámbar de la luz que se filtra a través de unas cristaleras con forma de hexágono.



6 comentarios:

  1. Si no es la mejor película española de todos los tiempos, que puede que lo sea, sin duda es la más bella.

    Un abrazo.

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    1. Supongo que le corresponde ese honor junto con "Viridiana".

      Un abrazo.

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  2. retrata muy bien esa especie de aislamiento en que parece que viven los personajes, al tiempo que se relacionan con los otros miembros de la familia. Una película que tiene algo de misteriosa. Muy buena.

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    1. Quizá debido a ese aislamiento un tanto misterioso al que haces referencia, los miembros de la familia nunca aparecen todos juntos en un mismo plano.

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  3. Hola Juan!
    Ya cuando la vi siendo joven me dejo huella. Volví con ella recientemente y me sigue pareciendo extraordinaria.
    Saludos y feliz semana!

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    1. Lo cual demuestra que es un clásico por el que no pasan los años.

      Saludos.

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