viernes, 7 de diciembre de 2018

Columbus (2017)




Director: Kogonada
EE.UU., 2017, 104 minutos

Columbus (2017) de Kogonada


Contemplativa y minimalista, la caligrafía de Columbus no es apta para todos los paladares. De entrada, porque sitúa la forma en plano de igualdad con el fondo, algo a lo que nuestra mirada occidental no está excesivamente habituada. Ciertamente, ha habido intentos por acercarse a un punto de vista remotamente parecido —y ahí está Lost in Translation (2003) de Sofia Coppola para corroborarlo—, aunque el misterioso videoartista que esconde su identidad tras el heterónimo Kogonada va todavía más allá al no limitarse a transmitir la abulia de sus personajes, sino que los sitúa en un entorno que acaba robándoles el protagonismo.

Película de espacios abiertos y líneas puras, parece como si la majestuosidad arquitectónica de los edificios modernistas de Columbus (Indiana) hubiese sido planificada ex profeso para el rodaje de la misma. Y es que su creador, que debuta en el mundo de la ficción con este trabajo, había, sin embargo, diseccionado previamente la obra de Ozu, Kubrick o Hitchcock en varios de sus cortometrajes documentales, hecho que le confiere un particular punto de vista a la hora de captar y filmar el ambiente.



Vale la pena, por ejemplo, destacar la secuencia en la que Jin (John Cho) y Casey (Haley Lu Richardson) se conocen: ella le ofrece un cigarrillo y, a continuación, ambos avanzan a lado y lado de la verja que los separa. La metáfora, a propósito de las muchas cosas que van a impedir el normal desarrollo de su relación, es un tanto burda (si se quiere), pero escenifica visualmente la importancia del espacio como elemento condicionante de nuestra comunicación con los demás.

Jin lucha por entender a su padre en coma (un eminente arquitecto coreano); Casey, por liberarse de los lazos que la retienen en una ciudad provinciana (entre ellos, pero no el único, una madre ex toxicómana). Al uno y al otro les une el mismo interés por el diseño, fruto de una sensibilidad notable para captar la belleza que les rodea. Pero, precisamente por ello, sufren enormemente al constatar las muchas imperfecciones de un mundo en el que los vínculos de parentesco y de amistad distan muchísimo de la confortable precisión de tiralíneas que impera en el área restringida de Columbus.


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