viernes, 1 de diciembre de 2017

Aplauso (1929)
















Título original: Applause
Director: Rouben Mamoulian
EE.UU., 1929, 80 minutos

Aplauso (1929) de Rouben Mamoulian

Menos conocida que Love Me Tonight (1932), Applause supuso el debut tras las cámaras de un director de origen georgiano que estaba llamado a ser uno de los grandes de la época dorada de Hollywood. Su nombre: Rouben Mamoulian (1897-1987), quien daba los primeros pasos de su fructífera carrera a la par que el cine emitía los balbuceos iniciales del sonoro, lo cual nos permite, en esta película, analizar el sonido en función del particular uso que de él se hace.

Kitty Darling (Helen Morgan) junto a Hitch Nelson (Fuller Mellish Jr.)

Como novedad que era, estas primeras cintas habladas utilizaban como reclamo no tanto los intrascendentes diálogos vodevilescos, sino los ruidos del sonido ambiente: el gentío en el metro, el tráfico en las calles, una panorámica desde las alturas de un rascacielos del skyline neoyorquino con la Estatua de la Libertad al fondo... Y, sobre todo, canciones: muchas canciones.

April Darling (Joan Peers) se abraza con su madre (Helen Morgan)

Aplauso cuenta la típica historia de la chica pura y virginal que, tras abandonar el convento de monjas donde se ha criado, se ve forzada por las circunstancias a abrirse camino en el tumultuoso mundo del espectáculo. El mismo que terminará minando la moral de su propia madre, una vieja gloria del burlesque venida a menos.



En varios aspectos, esta producción de la Paramount se asemeja a la City Girl de Murnau, estrenada apenas un mes después por la Fox en doble versión, muda y sonora. Ambas comparten una similar dicotomía entre una protagonista urbanita (de Nueva York la una; de Chicago, la otra) y un honesto muchacho campestre (granjero de Minnesota en aquélla y marine leal aquí) que se enamora perdidamente de ella para redimirla. Todo lo cual demuestra hasta qué punto rivalizaban las Majors en aquel entonces cuando se trataba de buscarle argumentos a unas películas que debían servir para contrarrestar el éxito de su competencia más directa en el mercado.


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