martes, 16 de febrero de 2016

Tierra baja (1954)











Título original: Tiefland
Directora: Leni Riefenstahl
Austria/Alemania, 1934-1940-1954, 99 minutos

Tierra baja (1954)

El celebérrimo drama Terra baixa, estrenado en 1897 por Àngel Guimerà, inspiró la ópera del mismo título de Eugen D'Albert cuyo libreto fue escrito por el húngaro Rudolph Lothar en 1902. Sería a partir de esta versión que la cineasta alemana Leni Riefenstahl comenzara a trabajar a partir de 1934 con la finalidad de llevarla a la gran pantalla, si bien los avatares políticos y bélicos fueron demorando el proyecto a lo largo del tiempo.

Da miedo pensar cómo el planteamiento vagamente romántico de una Tierra alta, concebida por Guimerà como un mundo idílico de pureza y bondad, y otra Tierra baja, reflejo de una zafia sociedad campesina degradada por la explotación y el materialismo cuyos personajes son malvados y mezquinos, podía convertirse en manos de una directora vinculada al nazismo en una alegoría sobre arios y parias.

Se ha dicho incluso (y parece que hay bastantes indicios que así lo corroboran) que durante la filmación de la película fueron utilizados extras gitanos procedentes de un campo de concentración cercano a Salzburgo que posteriormente serían enviados a Auschwitz...

En todo caso, el universo recreado por Riefenstahl en su Tiefland tiene más de la España de charanga y pandereta de la Carmen de Mérimée y Bizet que no de la naturaleza primaria y agraz del dramaturgo catalán: el vestuario de resonancias andaluzas, los rebaños de toros y, sobre todo, las escenas de baile protagonizadas por la propia actriz/directora remiten a un sustrato folclórico que nada tiene que ver con la obra de teatro original. Y lo mismo ocurre con el montaraz Manelic, que aquí se transforma en un apolíneo Pedro.

De todas formas, el filme de Riefenstahl posee el encanto de haber sido rodado en espacios naturales de majestuosa belleza tanto en España como en los Alpes, las Dolomitas y el Tirol.

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