domingo, 7 de febrero de 2016

Las dos y media y... veneno (1959)




Director: Mariano Ozores
España, 1959, 78 minutos



"¡Ten-go-mie-do. Brrrrr!" Quizá los títulos de crédito cantados por los actores sean lo más original de Las dos y media y... veneno (1959), opera prima del flamante Goya de Honor 2015 Mariano Ozores. Se trata de una comedia macabra, excelentemente fotografiada en Eastmancolor por Manuel Merino, que contó con la participación de buena parte de la familia Ozores: José Luis y Antonio (hermanos del director), Elisa Montés (esposa en aquel entonces de Antonio) y Terele Pávez (hermana de Elisa y que interpreta un breve papel: es, aunque cueste trabajo reconocerla con apenas veinte años, la chica morena que espera sentada en la consulta del veterinario y a la que no deja hablar la charlatana Isabel de Pomés, vieja gloria que también aparece fugazmente). Completan el reparto Fernando Rey, Fernando Delgado, Teresa del Río, Valeriano Andrés y Félix Fernández (el anciano don Senén sobre el que gira buena parte de la trama).



Por el tipo de humor que rezuman sus diálogos y la banda sonora de resonancias jazzísticas que compuso Augusto Algueró podría decirse que Las dos y media y... veneno fue un intento de adaptar al panorama nacional la comedia americana al uso en aquel entonces: algo así como Jerry Lewis pasado por el tamiz de Jardiel Poncela. En ese sentido, los lujosos interiores con las máscaras africanas que decoran las paredes del chalé de don Senén aportan un indiscutible aire de modernidad y sofisticación. El problema es que ni la pretendida historia de suspense da miedo ni tampoco se desternilla uno que digamos con los chistes... En conjunto, el filme adolece de una evidente falta de naturalidad y es justamente ese carácter artificial el que impide la chispa necesaria en una película de este tipo. Da la sensación de que se hubiesen cuidado mucho los detalles (el envoltorio, por así decirlo) y que se hubiese descuidado lo esencial...

Tampoco es que Las dos y media y... veneno sea un título muy acertado para una comedia, la verdad, ya que no es precisamente fácil de retener. Pero, de todas formas, ¿qué se le va a hacer? Se nota que el clan Ozores puso todo su cariño en el rodaje de una película que iba a suponer el pistoletazo de salida a una de las carreras más prolíficas del cine español y, aunque solo sea por eso, vale la pena tenerla en cuenta.

¿Qué vaso de leche contendrá el cianuro...?

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