sábado, 12 de noviembre de 2022

Fin de la noche (1957)




Título original: Koniec nocy
Directores: Julian Dziedzina, Pawel Komorowski y Walentyna Maruszewska
Polonia, 1957, 76 minutos

Fin de la noche (1957) de Dziedzina, Komorowski y Maruszewska


Tres alumnos de la Escuela de cine de Łódź, Dziedzina, Komorowski y Maruszewska (que aún firmaba con su apellido de soltera, Uszycka), aunaron su talento en un primer largometraje que les sirvió, además, como trabajo de diplomatura. Se trata de Koniec nocy (1957), retrato generacional cuyo rasgo más destacable sería el vacío existencial de unos jóvenes exentos de los ideales que cabría esperar en el seno de una sociedad oficialmente comunista. Muy al contrario, los personajes de esta historia carecen por completo de escrúpulos a la hora de cometer pequeños hurtos y emborracharse en fiestas que suelen terminar como el rosario de la aurora.

Resulta, pues, llamativo comprobar cómo esta nueva hornada de cineastas ponían el acento en aspectos a priori ajenos a los postulados del realismo socialista, probablemente porque sus referentes más inmediatos y explícitos (en el cine que frecuentan los protagonistas se está proyectando Domenica d'agosto (1950) de Luciano Emmer) pasan antes por el neorrealismo italiano que no por lo que dictaban las instancias oficiales polacas en materia cinematográfica.



Sin embargo, dicho afán "rupturista" no impide que la película se cierre con el inevitable discurso moralizante por parte de la Milicia Ciudadana (máxima institución policial del país) y los ya mencionados elementos de una juventud descarriada declarando ante el tribunal de menores como paso previo a su ingreso en prisión.

Con todo y con eso, el interés de la cinta en tanto que documento histórico se mantiene intacto, con todos esos muchachos de vida disoluta que lo mismo se dan a la fuga tras atropellar a un peatón que destrozan la cabina de tiro al blanco de un pobre feriante. Interpretados, entre otros, por dos jóvenes actores que darían mucho que hablar: Zbigniew Cybulski (1927–1967), algo así como el James Dean polaco, y un vivaracho Roman Polanski cuyo papel de Mały destaca como uno de los más díscolos de la cuadrilla.



2 comentarios:

  1. Es cierto que estas películas, con el paso de los años, cobran importancia como testimonio de una época.

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    1. Aunque sólo sea por lo que en su momento tuvo de transgresora.

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