martes, 26 de mayo de 2020

Rififi (1955)




Título original: Du rififi chez les hommes
Director: Jules Dassin
Francia, 1955, 118 minutos

Rififi (1955) de Jules Dassin

Aunque pueda parecer un tópico, he aquí una de esas películas que, de haberse rodado en Hollywood y en inglés, hoy se la juzgaría como una obra maestra indiscutible. Y no es que Rififi no esté bien considerada, sobre todo por la crítica europea, especialmente la francesa, pero ya se sabe lo que ocurre en estos casos: la tendencia es que la obra de un exilado norteamericano, al que la caza de brujas macarthista privó de una carrera convencional en su propio país, pase un tanto desapercibida.

Impecable ejercicio de cine negro (atención al argot parisino de la época, en el que rififi lo mismo podía interpretarse como 'pelea' o 'camorra', por lo que el título original vendría a significar, literalmente, algo así como "Trifulca entre hombres"), Du rififi chez les hommes relata, con minuciosidad magistral, el atraco a una lujosa joyería de la Place Vendôme.



De hecho, la secuencia central, media hora sin diálogos ni música (para resignación del compositor Georges Auric, quien tuvo que admitir que quedaba mejor así), llegó a inspirar a delincuentes comunes en la vida real, hasta el punto de que la película fue prohibida en países como Méjico tras una oleada de asaltos con similar modus operandi.

Pero al margen de un grupo de malhechores que planean el golpe perfecto, Rififi es, por encima de todo, una historia de deslealtades que transcurre en un paisaje mental: el que Jules Dassin, integrante de todas las listas negras, llevaría siempre consigo allá adonde fuese. A este respecto, el personaje que él mismo interpreta (César el Milanés) sufrirá en sus carnes la particular vendetta de Tony (Jean Servais), dando lugar a una estampa, con el interfecto amarrado a un poste y sin la menor posibilidad de escapatoria, que es la viva imagen de la frustración que debieron de experimentar tantísimos represaliados.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gran, sí: però tant a ell com al Joseph Losey se les van fer passar magres per culpa de la seva militància política.

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  2. Hola Juan!
    Para mi desde luego lo es, esta muy por encima de otros clásicos del cine y creo que cada vez que la vuelvo a ver me fascina mas.
    Esa escena (la había cronometrado en una ocasión) es increíble, no se si habrá algo similar, yo desde luego nunca he visto una secuencia tan larga sin diálogos.
    Una yoja con mayusculas.
    Saludos!

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    1. A mí me recuerda un tanto a determinados pasajes de Hitchcock en los que también se prescinde de los diálogos.

      Un abrazo.

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