domingo, 2 de febrero de 2025

Problema cada día (2001)




Título original: Trouble Every Day
Directora: Claire Denis
Francia/Alemania/Japón/Luxemburgo, 2001, 101 minutos

Problema cada día (2001) de Claire Denis


La música de los Tindersticks ejerce un poder hipnótico sobre las imágenes de Trouble Every Day (2001) que, unido a la fuerza de éstas, contribuye a elevar la fascinación de una película en la que sexo y canibalismo se acaban convirtiendo en una misma cosa. Constantes que posteriormente se han ido acentuando en un tipo de cine que explora la sexualidad de forma oscura y perturbadora, lo que ha abierto el camino para otras películas de "terror" que abordan asimismo temas tabúes relacionados con el cuerpo y el deseo.

Y es que lo que proponía la francesa Claire Denis hace casi un cuarto de siglo se avanzaba con creces a la actual ola de cintas que coquetean con dicha temática. A este respecto, títulos como The Neon Demon (2016) del danés Nicolas Winding Refn, Crudo (2016) de la también francesa Julia Ducournau o Bones and all (2022) del italiano Luca Guadagnino ponen de manifiesto una tendencia que ya entonces se apuntaba abiertamente en la película que nos ocupa.



Evidentemente, el telón de fondo no sería tanto la inclinación antropófaga de determinados personajes, sino la pasión amorosa o carnal que los conduce a una sed insaciable de contacto íntimo con sus víctimas potenciales. Metáfora expeditiva de los peligros que condicionan las relaciones humanas en el siglo XXI, ya sea en forma de acoso o de enfermedad de transmisión sexual.

No es de extrañar, por tanto, que los protagonistas estén relacionados con el ámbito de la medicina, caso, sin ir más lejos, de Shane (Vincent Gallo) y su flamante esposa (Tricia Vessey) o del más curtido Léo (Alex Descas), quien no duda en encerrar bajo llave a su compañera Coré (Béatrice Dalle) para así impedir que ésta sacie su apetito voraz sobre algún incauto.



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