miércoles, 19 de febrero de 2025

La infiltrada (2024)




Directora: Arantxa Echevarría
España, 2024, 118 minutos

La infiltrada (2024) de Arantxa Echevarría


El reciente éxito de La infiltrada (2024) en la última edición de los Premios Goya, donde se alzó con un par de "cabezones" (Mejor Actriz Protagonista y Mejor Película, ex aequo con El 47) ha devuelto a las salas comerciales un filme que es, esencialmente, una película de actores. Aparte de que retrata con especial realismo la dureza de los años más intensos de la lucha policial contra ETA.

Partiendo de hechos verídicos (la historia de Aranzazu Berradre Marín, la infiltrada en cuyas andanzas se basa la cinta), Carolina Yuste se mete en la piel de un personaje, el topo al que alude el título, que es en realidad varias personas a la vez. Así pues, la prometedora agente oriunda de Logroño se identifica hasta tal punto con la abertzale Arantxa que logrará infiltrarse en el entorno de la banda terrorista durante prácticamente una década. Lo cual implica, incluso, establecer vínculos afectivos con Kepa (Iñigo Gastesi), uno de los miembros de dicha organización.



En cambio, Nausicaa Bonnín (Andrea en la ficción) interpreta otro perfil de mujer dentro del Cuerpo Nacional de Policía, más precavida, aunque dispuesta igualmente a participar en misiones de riesgo pese a su embarazo. Aunque otro tanto pudiera decirse del resto del reparto, con actuaciones magistrales de Luis Tosar, como alto mando, apodado "El inhumano", y el gallego Diego Anido, aquí haciendo de etarra odioso (valga la redundancia).

Al final, uno sale del cine con la impresión de haber visto un interesante documento que explora el papel de la mujer en un entorno hostil y dominado básicamente por hombres. En ese sentido, Yuste se sumerge en la psique de una joven sometida a una tensión constante, transmitiendo al espectador la angustia, el miedo y la determinación que la impulsan. Una interpretación, alejada de estereotipos, que se centra en la humanidad del personaje, mostrando sus vulnerabilidades y fortalezas, así como la soledad y el aislamiento (también la incomprensión puntual de sus superiores) a los que se verá sometida.



2 comentarios:

  1. En efecto, esas son las dos vertientes de la historia.

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    1. El precio a pagar por una labor anónima y arriesgadísima.

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