martes, 9 de enero de 2024

Los que se quedan (2023)




Título original: The Holdovers
Director: Alexander Payne
EE.UU., 2023, 133 minutos

Los que se quedan (2023) de Alexander Payne


El mundo no es más que transformación, y la vida, opinión solamente...
Marco Aurelio

No se parecen en nada, pero, en esencia, The Holdovers (2023) parte de una premisa que no dista mucho de lo expuesto por Arthur Miller en The Misfits (1961): la de reunir a un grupo de inadaptados, a cuál más distinto el uno del otro, hasta lograr que surja una química especial entre ellos. Cierto que el filme maldito de John Huston, en realidad un wéstern crepuscular marcado por el final trágico de las estrellas que lo protagonizaron, se ha ido impregnando después, con el paso del tiempo, de un aura legendaria que lo aleja por completo del último trabajo de Alexander Payne, aunque, dado el espíritu nostálgico de la película que nos ocupa (repleta de citas y homenajes explícitos al cine americano de los primeros setenta), establecer paralelismos, más allá de los evidentes, tampoco parece tan descabellado.

En cualquier caso, lo que sí que queda meridianamente claro y fuera de toda duda es la marca de fábrica de un director cuyo estilo, perfectamente reconocible a lo largo de una filmografía que contiene un buen puñado de títulos sobresalientes, suele girar en torno a perdedores más o menos entrañables gracias a ligeras pinceladas humorísticas que terminan por humanizarlos y acercarlos al espectador hasta el extremo de enternecernos a pesar (o precisamente a causa) de su patetismo. ¿O es que ese cascarrabias al que da vida Paul Giamatti, profesor de Cultura clásica en un prestigioso colegio privado, no recuerda un poco a otros tantos personajes de Entre copas (Sideways, 2004), A propósito de Schmidt (About Schmidt, 2002) o Nebraska (2013)?



Como el hecho de que el argumento, en principio una antítesis de El club de los poetas muertos (Dead Poets Society, 1989), derive también gradualmente hacia esa especie de road movie que acaban siendo todos los filmes de Payne anteriormente citados. De hecho, la relación paternofilial de amor-odio que aquí se establece entre el maestro y su alumno en su periplo navideño hacia Boston recuerda vagamente al del padre y el hijo que protagonizaban la ya mencionada Nebraska.

Por último, aparte del aire retro de sus títulos de crédito de inspiración setentera, merece la pena señalar la profundidad psicológica de unos personajes que evolucionan a lo largo del relato. Así pues, si Hunham (Giamatti) resulta, en principio, un individuo odioso e incluso maloliente; si Angus (Dominic Sessa) encarna al típico adolescente sensible y perspicaz, pero con problemas de conducta, descubriremos, sin embargo, que ambos tienen un pasado, marcado por vivencias dolorosísimas que explicarían las carencias que arrastran en la misma medida que la oronda Mary Lamb (fantástica Da'Vine Joy Randolph en su papel de cocinera) quedó traumatizada tras la muerte prematura del marido, en accidente laboral, y la posterior pérdida en Vietnam de su hijo veinteañero.



6 comentarios:

  1. El humor y la sátira son marca de la casa de Payne.

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  2. Así es, Alexander Payne fiel a su estilo y reciclando con inteligencia argumentos y situaciones bastante habituales en el cine norteamericano.

    Un abrazo.

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    1. Y aun así, ¿podrás creer que algunas críticas no dejan bien la película? Lo cual no deja de sorprenderme, tratándose de un cineasta cuyos filmes (éste también) me parecen soberbios.

      Un abrazo.

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  3. Hola Juan!
    Con el paso de los años Giamatti ha ido adquiriendo un aspecto y un poso que muy pocos actores puede igualar. Siempre que sale una película con profesor de por medio de acuerdo de ti...jeje
    Me la apunto.
    Saludos!

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    1. Pues nada, hombre: muchas gracias. Ya ves, a mí me pasa lo mismo cuando sale algún gallego (ja,ja).

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