sábado, 21 de mayo de 2022

Saló o los 120 días de Sodoma (1975)




Título original: Salò o le 120 giornate di Sodoma
Director: Pier Paolo Pasolini
Italia/Francia, 1975, 117 minutos

Saló o los 120 días de Sodoma (1975)


No vamos a descubrir nada nuevo si decimos que Salò o le 120 giornate di Sodoma (1975) ocasionó un escándalo mayúsculo. Y es que la que acabaría siendo película póstuma de Pasolini estaba previsto que fuese la primera entrega de una Trilogía de la muerte que nunca llegó a culminarse debido al fallecimiento en extrañas circunstancias (nunca aclaradas por completo) del cineasta. Resulta, en todo caso, una obra desapacible como pocas, repleta de imágenes cuya dureza la convierten en uno de los títulos más polémicos en la filmografía de un autor ya de por sí controvertido.

Además del ambiente de refinada depravación que practican los protagonistas, reflejo de la decadencia del fascismo italiano ante el inminente hundimiento del régimen, la cinta alude al mismo tiempo a la pervivencia de valores reaccionarios en las sociedades modernas, presentados en sucesivos círculos como si se tratase del infierno de la Divina Comedia. Curioso ajuste de cuentas con el espectador, al que se sitúa en la tesitura de tener que enfrentarse a la crueldad de los tormentos que cuatro libertinos ejercen, en una lujosa mansión, sobre un grupo de jóvenes allí retenidos contra su voluntad.



Una detallada bibliografía, entre la que destacan los nombres de Roland Barthes o Simone de Beauvoir, figura en los títulos de crédito iniciales, como si Pasolini quisiera dar a entender que su aproximación al universo del marqués de Sade no obedece al análisis superficial que pudiera llevar a cabo cualquier diletante, sino que, por el contrario, es fruto de profundas lecturas.

Por último, resulta casi inevitable no relacionar la explicitud de Salò... con la osadía de una generación posterior de directores, desde Fassbinder hasta Haneke, pasando por el primer Almodóvar, todos ellos unidos por un mismo carácter iconoclasta a la hora de mostrar sin censuras el sexo y la violencia. Una voluntad transgresora que, en el caso de PPP, se vería trágicamente truncada a orillas de la playa de Ostia apenas tres semanas antes del estreno de la película.



6 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Tal y como están los tiempos de estrenarse a día de hoy creo que incluso podría provocar mayor revuelo. Las circunstancias de la muerte del director todavía presentan algunas lagunas.
    Saludos!

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    1. Hoy ni siquiera se atreverían a rodarla... Ahora, eso sí: en los realities televisivos se despachan a gusto con infinito mal gusto y, según parece, nadie se escandaliza.

      Saludos.

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  2. Ya te echábamos de menos. Te has tomado tu tiempo para abordar la película más incómoda de Pasolini.

    Un abrazo.

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    1. Pues sí, Ricard: circunstancias familiares me han tenido alejado del blog durante unos días. Aunque esta película, admitámoslo, merece un punto y aparte.

      Un abrazo.

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