viernes, 5 de marzo de 2021

Demonios en el jardín (1982)




Director: Manuel Gutiérrez Aragón
España, 1982, 98 minutos

Demonios en el jardín (1982) de Manuel Gutiérrez Aragón


Demonios en el jardín deja entrever un batiburrillo de elementos cuyo valor simbólico va más allá de lo estrictamente personal. Porque si bien contiene referencias autobiográficas (la historia del niño Juanito coincide, a grandes rasgos, con la infancia del director), otras remiten a la España de la posguerra. Así pues, el toro desbocado que irrumpe en la iglesia y que tiene atemorizados a los habitantes del pueblo pudiera ser una alegoría de la fuerza del fascismo. De la misma forma que la matriarca Gloria (Encarna Paso), omnipresente y controladora, tiene algo del propio Caudillo. Sus hijos Óscar (Eusebio Lázaro) y Juan (Imanol Arias), por cierto, representarían el cainismo de la contienda civil, mientras que la depauperada Ángela (Ángela Molina) y la intrigante Ana (Ana Belén) encarnarían la rivalidad entre vencedores y vencidos.

La tienda, un almacén de ultramarinos llamado "El jardín", viene a ser la hacienda saqueada donde la familia protagonista se beneficia mediante la práctica del estraperlo. También es el escenario donde tienen lugar las muchas trifulcas que los enfrentan, amén de centro neurálgico de ese microcosmos que es la aldea. Y entre sus habitantes, testigo privilegiado de las idas y venidas de unos y de otros, el enclenque Juanito, convaleciente de una dolencia de tipo tuberculoso que lo convierte en el niño mimado al que todos consienten y colman de atenciones: a lomos de un colchón que sacan a la plaza del pueblo o en el interior de la cabina del proyeccionista del cine local, los ojos del crío contemplan un panorama presidido por la hipocresía y la miseria moral.



Precisamente, y como mecanismo de evasión, el muchacho tenderá a idealizar la figura paterna, ausente desde hace años del entorno familiar, y al que le han pintado como el brazo derecho de Franco. Luego, cuando éste regrese a la aldea al cabo del tiempo, resultará que es apenas un camarero de la comitiva del dictador, con la consiguiente decepción para el chaval.

Multipremiada en algunos de los festivales más prestigiosos del mundo (Cannes, Moscú, San Sebastián...), Demonios en el jardín (1982) culminó una primera etapa, marcada por el carácter críptico de sus argumentos, en la filmografía de Manuel Gutiérrez Aragón, quien, desde mediados de los ochenta, ensayaría un tipo de cine más acorde con los gustos del público.



8 comentarios:

  1. No me molestaría recuperar este título de un director que tuvo su momento de gloria en los setenta y primera mitad de los ochenta. Después, su cine dejó de interesarme.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El paso del tiempo, además, le ha conferido nuevas lecturas que la enriquecen aún más si cabe.

      Saludos.

      Eliminar
  2. En efecto, tiene mucho de alegórico.

    ResponderEliminar
  3. Gutierrez Aragón, un director que manejaba la realidad de una forma personal mezclándola con la ilusión o la fantasía, en muchos casos producto de la imaginación infantil. Así ocurre en Demonios en el jardín. Una película con tantos matices que necesita más de una visión para descubrirlos todos. Clara indicación de que nos encontramos ante una obra maestra.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, el suyo es un estilo complejo y profundo, repleto de aristas, deudor, en buena medida, de la narrativa contemporánea. No en vano, el director ingresó hace varios años en la Real Academia.

      Saludos.

      Eliminar
  4. Hola Juan!
    Creo que no la he visto pero Ana Belén en esa pose me resulta familiar, guapísima por cierto.
    Esas tiendas de ultramarinos me traen recuerdos, en ocasiones desde el mostrador podías ver el interior de la casa, eran muy particulares, a veces te hacían la cuenta en el papel donde te envolvían los productos.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Su propio nombre ("ultramarinos") ya resultaba enormemente evocador en sí mismo.

      Saludos.

      Eliminar