viernes, 26 de marzo de 2021

El misterio de la Puerta del Sol (1930)




Director: Francisco Elías
España, 1929-1930, 71 minutos

El misterio de la Puerta del Sol (1930)


Pompeyo Pimpollo y Rodolfo Bambolino —así se llaman los protagonistas de El misterio de la Puerta del Sol (1930)— son dos nombres lo suficientemente elocuentes como para hacerse una idea de por dónde van a ir los tiros en esta comedia tan sui géneris que pasa por ser la primera película hablada de la historia del cine español. De hecho, el sistema Phonofilm ofrecía un resultado tan rudimentario que los responsables de sacar adelante el proyecto optaron por la vía fácil a la hora de sorprender al espectador: poco diálogo y mucho sonido ambiente a base de ruidosos artefactos (sala de máquinas de un periódico, locomotora, el tráfico en pleno centro de Madrid, etc.).

La voz humana, en cambio, suena aflautada y aguda (lo cual ya le va bien al carácter paródico de la cinta) y, aparte de en réplicas hilarantes, se deja oír cuando "El Personita" (cantaor flamenco al que da vida Diego Moreno) o La Terele o La Tirana (ambas interpretadas por Teresa Penella) profieren esos estridentes gorgoritos con los que dejan constancia de sus respectivas habilidades canoras.



Dotada de una estructura decididamente deslavazada, el argumento de la cinta gira en torno a las andanzas de una pareja de linotipistas (los Pimpollo y Bambolino a los que antes aludíamos) que, deseosos de alcanzar el estrellato, acuden a un casting convocado por el cineasta norteamericano Edward S. Carawa (Jack Castello). Sin embargo, y de ahí el título del filme, la acción acabará derivando hacia la crónica de sucesos cuando los dos amigos conciban un estrambótico crimen que les procure, por la vía rápida, la fama que no lograron tras su audición con el yanqui.

Más que por su escaso mérito cinematográfico, El misterio de la Puerta del Sol posee hoy un enorme valor como documento histórico en el que quedaron indirectamente reflejados los usos y costumbres de aquel Madrid bullicioso de los felices años veinte. Quienes se vieron implicados en semejante aventura (el pionero Francisco Elías; un intrépido productor burgalés llamado Feliciano Manuel Vitores; Juan de Orduña cuando era apenas un actor cómico y no el importante director en el que llegaría a convertirse...) fracasaron en el intento de competir con los procedimientos tecnológicos que estaba imponiendo Hollywood, aunque sus nombres pasarán igualmente a la posteridad por la osadía que supuso un tan ruinoso proyecto.



4 comentarios:

  1. Siempre es de admirar el arrojo de estos pioneros sea cual fuere el resultado.

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    1. Sobre todo porque su cine quedó prácticamente inédito. En el caso de "El misterio de la Puerta del Sol", la película apenas fue proyectada en Burgos y alguna otra ciudad de provincias.

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  2. Hola Juan!
    Gracias por traerla y por el enlace, no la he visto.
    Saludos!

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    1. Te va a sorprender, sin duda (sobre todo, las partes sonoras).

      Saludos.

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