miércoles, 4 de septiembre de 2019

Lola, espejo oscuro (1966)




Director: Fernando Merino
España, 1966, 102 minutos

Lola, espejo oscuro (1966) de Fernando Merino


Nunca fui aficionada a escrituras y, de no haber conocido a Juan, jamás hubiera dedicado una tarde a conseguirme unos papeles decentes y una de esas plumas encaperuzadas que vienen de América y que, después de algunos fastidiosos esfuerzos, escriben bien y dan tono.

Sin embargo, siempre me barruntaba yo que mi vida no era la vida de una cualquiera, ni mucho menos. Porque, desde chica, y aun antes de nacer, según creo, parezco destinada a cosas grandes, a que la gente se fije en mí y a que muchos anden de coronilla por satisfacer mis deseos.

Darío Fernández Flórez
Lola, espejo oscuro

"¡A mí se me conquista con dinero, no con novelas!" Quien así de tajante se expresa es Lola (Emma Penella), la protagonista de esta singular historia, y el pobre hombre que recibe tan terrible exabrupto es Rodolfo, alias "El Espichao" (Manolo Gómez Bur). Aunque, a decir verdad, una muchacha de tales características, que ni se anda con rodeos ni tiene pelos en la lengua, bien pudiera contestarle lo mismo a cualquier otro galanteador que se dedicase a importunarla con exigencias amatorias.

Hay, sin embargo, un hombre, médico de profesión, por el que Lola siente debilidad, hasta el punto de estar dispuesta a rehabilitarse si hiciera falta. Porque, a diferencia de los demás, Juan (Carlos Estrada) le canta las verdades a la cara en lugar de adularla, cosa que, tratándose de una descarriada desvergonzada como es ella, provoca el efecto regenerador que busca la película (y no tanto la novela).



Darío Fernández Flórez (1909-1977) dedicó toda una trilogía a glosar la figura de esta prostituta, completada, ya en la década de los setenta, con Nuevos lances y picardías de Lola, espejo oscuro (1971) y Asesinato de Lola, espejo oscuro (1975). Insistencia que no hace más que poner de manifiesto la inmensa fascinación que los integrantes de la corriente tremendista sentían hacia los personajes marginales o, como en este caso, libertinos.

Escrita y producida por José Luis Dibildos para Ágata Films, Lola, espejo oscuro adolece de las típicas carencias propias de un filme condenado a lidiar con la censura desde el mismo momento de ser concebido, si bien deja traslucir, al mismo tiempo, esa morbosidad, tan típica de las sociedades reprimidas, hacia los mismos pecados que luego se critican públicamente. En cualquier caso, lo llamativo de esta versión fílmica, con su guion un tanto disperso y un humor más amable que corrosivo, es que lo yeyé acaba por imponerse a la sordidez.


4 comentarios:

  1. Ignorava l'existència d'aquesta versió de la famosa novel·la. M'agrada el repartiment, per cert.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Doncs, mira: ja veus. Suposo que et farà gràcia saber que un parell d'escenes estan rodades a Sitges i una altra a Barcelona.

      Eliminar
  2. Que tal Juan!
    Gracias a tus entradas voy descubriendo muchas e interesantes peliculas de nuestro cine. La lista es larga y se me acumula el trabajo...jeje
    A veces me provocan alguna que otra reflexión sobre como se vivia en aquellos años, a mi la decada de los 70 me pillo siendo niño (soy del 67) pero todavia guardo algunos recuerdos. Ayer precisamente me veia "Siempre es domingo" (1961) y entre otras curiosidades me llamo la atención la jerga que utilizaban por aquel entonces los jovenes. Por cierto, ese ritmo de beber no hay higado que lo aguante...
    Venga, que tengas buen finde!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Fran:

      El cine, en su esencia, no es otra cosa sino captar el instante y preservarlo para siempre. Pero si, además, nos habla de lugares que conocemos o que nos permiten recuperar parte de nuestra propia historia, entonces adquiere un valor todavía más entrañable.

      Gracias por tu aportación en forma de comentario y hasta pronto.

      Eliminar