jueves, 12 de octubre de 2017

Sufre, mamón (1987)














Director: Manuel Summers
España, 1987, 96 minutos



Pues sí, amigos: de Straub a Hombres G. He ahí la grandeza de Cinefília Sant Miquel, donde nuestra voracidad nos lleva a tocar todos los palos sin hacerle ascos a nada. Y, encima, desde esta comedia musical, otrora delicia del público juvenil, treinta años nos contemplan... 

Sufre, mamón fue una de las primeras películas que vi en el cine (de hecho, fue la primera que fui a ver con mis amigos, sin la tutela de padres o hermanos mayores). Y no es que, a mis doce años, la banda de David Summers fuese santo de mi devoción (en realidad, los detestaba), pero entre que eran la sensación del momento y que la echaban en un programa doble (¡aún existían los míticos programas dobles!) junto con Fuera de límites (Out of Bounds, 1986), una olvidada cinta de Richard Tuggle cuya banda sonora corría a cargo de Stewart Copeland, el batería de Police, grupo del que ya por aquel entonces era (y sigo siendo) un incondicional, pues el caso es que me dejé convencer.

El batería Javi Molina (izquierda) se desnuda emocional y literalmente

Vista tres décadas después, me sorprende lo machista de su planteamiento, con los cantantes de dos conjuntos rivales (los pijos Fiebre amarilla y los medio punkis Los Residuos) rivalizando por ver quién se lleva a la chica. Tal vez es que la sociedad española distaba bastante de alcanzar la paridad; tal vez es que en el fenómeno de las fans, tal y como se entendía en este país, se daba por hecho que había que tratarlas como si fuesen ganado (tal vez por ambas razones...), pero lo cierto es que algunos de los chistes o comentarios que entonces pasaron por inocente humorada para adolescentes hoy, con la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en la mano, serían constitutivos de delito. Por no hablar de su contenido homófobo a la hora de retratar la orientación sexual de alguno de los personajes...

Pero, bueno: no nos pongamos exquisitos que, al fin y al cabo, sólo se trata de una película, con todo lo que ello implica. Es decir: que lo que nació como mero mecanismo de promoción de un grupo musical, el paso del tiempo lo ha convertido en un documento histórico de primer orden, aportando abundante información sobre cómo era aquella España recién ingresada en el Mercado Común y, en especial, sobre los defectos de una sociedad (o, por lo menos, de un sector de ella) que aún distaba muchísimo de saber lo que es la corrección política.

Se pongan como se pongan las fans, el más mono del grupo era éste

2 comentarios:

  1. Una película incompetente y, ciertamente, machista. Summers pasó por un director moderno allá por los años sesenta y la verdad es que tiene algunos títulos interesantes, pero al final de su carrera su inspiración retrocedió al mismo ritmo que crecía su ideario ultraderechista.

    Saludos.

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    1. Hombre, yo no sé si "ultraderechista" es la palabra. Pero, en todo caso, sí que es cierto que habiendo dirigido títulos magistrales como "Del rosa al amarillo" o "Juguetes rotos", estas peliculillas al servicio de la carrera musical de su hijo no fueron el mejor broche para la suya propia como cineasta. Gracias por comentar. ¡Saludos!

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