viernes, 5 de diciembre de 2025

La cárcel de cristal (1956)




Director: Julio Coll
España, 1956, 79 minutos

La cárcel de cristal (1956) de Julio Coll


Dentro de su política de recuperación del patrimonio cinematográfico, la Filmoteca de Catalunya presenta estos días la versión restaurada de La cárcel de cristal (1956), interesantísima aproximación a los entresijos del mundo del teatro dirigida por el no menos relevante Julio Coll (1919-1993) y cuyo reparto encabezaron dos intérpretes asimismo notables: Adolfo Marsillach, en el papel de Julio Togores, y Josefina Güell, actriz de la que este año se conmemora el centenario de su nacimiento y que en la ficción encarna a la esposa del anterior, la primera figura Verónica Larios.

El argumento de la cinta, según guion de Jorge Illa y Lluís Josep Comerón, gira en torno a los avatares de una compañía inmersa en el montaje de la Medea de Séneca, trasfondo trágico que le viene al pelo a una historia marcada por las consecuencias de un fatídico accidente de circulación que amenaza con arruinar el estreno de la obra. Sobre todo porque, a raíz de ello, la susodicha Verónica ha visto seriamente mermadas sus facultades auditivas.



Aparte de por los exteriores filmados en el Teatre Grec de Montjuic, con algún que otro plano general de la Avenida María Cristina con la majestuosa Fuente Mágica de Buïgas de fondo, la cinta destaca sobre todo por su manera de abordar el tópico de que, pase lo que pase, "el espectáculo debe continuar". En ese sentido, resulta conmovedor el estudio psicológico que se lleva a cabo a propósito de los peligros que comporta la ambición desmesurada cuando se pretende alcanzar el éxito profesional a cualquier precio.

Así pues, la sordera de Verónica se convierte en esa "cárcel de cristal" a la que alude el título, una barrera transparente pero infranqueable que, además de aislarla del público y de sus compañeros, pone de manifiesto la crudeza del mundo artístico, donde la fama puede ser efímera por culpa de imprevistos que den al traste con la carrera de una prometedora actriz y, en cambio, encumbrar de un día para otro a la joven aspirante, en este caso Irene Alsuaga (Montserrat Julió, recién llegada a España tras su exilio chileno), que acecha en espera de la más mínima ocasión para arrebatarle el puesto.



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