Título original: Nickel Boys
Director: RaMell Ross
EE.UU., 2024, 140 minutos
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Los chicos de la Nickel (2024) de RaMell Ross |
Un chico recibía diferentes tipos de mazazos antes de llegar a la Nickel, y una vez dentro le caían muchos más. Y por norma general, lo que le esperaba fuera eran tropiezos todavía más graves e instituciones más férreas aún. Si hubiera que describir de alguna manera su trayectoria general, podría decirse que a los chicos de la Nickel los jodían antes, durante y después de su estancia en el centro.
Colson Whitehead
Los chicos de la Nickel
Traducción de Luis Murillo Fort
Una de las sorpresas que se ha colado en las nominaciones a mejor película del 2024 ha sido Nickel Boys, adaptación de la novela homónima del doble ganador del Premio Pulitzer, Colson Whitehead. Su director, RaMell Ross (Fráncfort, 1982), lleva a cabo en ella todo un recital de puesta en escena ligeramente vanguardista que, en determinados momentos, pudiera recordar al Terrence Malick de El árbol de la vida (2011). Aunque los referentes que cita explícitamente son otros muy distintos, como esos insertos del clásico Fugitivos (1958) que enlazan de pleno con la temática racial aquí expuesta.
Y es que el infausto reformatorio que da título al filme y antes a su fuente literaria está inspirado en el caso real de una institución educativa del estado de Florida, la Escuela Dozier para chicos de Marianna, cuyos internos, en su mayor parte afroamericanos, padecían torturas y vejaciones de todo tipo. Queda clara, por tanto, la voluntad de denuncia social de una ficción histórica que arranca en los días en los que el reverendo Martin Luther King abogaba, mediante protestas pacíficas, por el fin de la segregación.
Aun así, y volviendo a los aspectos más técnicos de la película, llama poderosamente la atención el uso que se hace en ella de la cámara subjetiva, y cómo ésta oscila, alternativamente, entre el punto de vista de los dos jóvenes protagonistas, Elwood (Ethan Herisse) y Turner (Brandon Wilson), con lo que vemos los hechos a través de la mirada de ambos. Recurso que, cuando la acción salta hacia el futuro, ya en la edad adulta de uno de los personajes, se transforma en un objetivo pegado a su espalda, de modo que resulte imposible identificar de quién se trata (quien haya leído la novela entenderá el porqué de dicho subterfugio).
En líneas generales, se puede decir que estamos ante una propuesta esencialmente innovadora, sobre todo en lo que se refiere a la ya mencionada perspectiva consciente. Hasta el extremo de que ello resulte en ocasiones desconcertante para espectadores poco avezados a seguir una historia desde los ojos de otro. Asimismo, la banda sonora de Scott Alario y Alex Somers refuerza la sensación inmersiva que nos traslada a la atmósfera asfixiante de la funesta Nickel. Procedimientos, todos ellos, que permiten augurar una prometedora carrera por parte de un cineasta dotado de innegable talento visual.
Al parecer, la sorpresa también ha sido para los propios productores que tenían programada tan solo una exhibición limitada y después pasarla a una plataforma.
ResponderEliminarCierto: de hecho aquí en España ni siquiera ha pasado por los cines y se ha estrenado únicamente en plataformas.
EliminarLa vi como una de las nominadas y de las que menos se sabía. Será interesante de ver por lo que se comenta aquí . Saludos.
ResponderEliminarA mí me ha gustado, incluso más que el libro.
EliminarSaludos.