viernes, 21 de agosto de 2020

Cateto a babor (1970)




Director: Ramón Fernández
España, 1970, 83 minutos

Cateto a babor (1970) de Ramón Fernández

Cateto a babor es ya de por sí un título lo suficientemente explícito como para no detenerse en los pormenores de una historia que había conocido el éxito catorce años antes en su primera versión, en blanco y negro. Sólo que Recluta con niño (1956) resultaba todavía más meridiano si cabe. Porque el hecho de que un pueblerino se presente en el cuartel con un crío de la mano supone un punto de partida que se presta a innumerables situaciones cómicas, a cuál más delirante.

En cualquier caso, el remake que nos ocupa fue concebido con una descarada finalidad propagandística cuyo objetivo primordial no era otro sino captar el mayor número posible de incautos para que se alistasen en la armada. De ahí la presencia (e insistencia) en mostrar el cartel que el tremendo sargento Canales (José Gálvez) tiene colgado en la pared de su gabinete: "¡Muchacho: la Marina te llama!" Visión paternalista e idealizadora del estamento militar como si se tratase del mejor de los destinos posibles e incluso de una universidad de la vida encargada de instruir a los paletos. 



Lo demás (los múltiples apuros del protagonista en su penosa adaptación a la disciplina castrense) será apenas un pretexto para hacer alarde de la moderna flota de portaaviones del ejército nacional y demás ventajas que conlleva la pertenencia a tan insigne cuerpo. Por eso subraya uno de los cadetes (Pepe Sacristán) los diez días de permiso de que gozarán los voluntarios tras unas maniobras en alta mar o se enfatiza el carácter benévolo del comandante (José Suárez) frente a los métodos expeditivos del susodicho Canales.

Sin embargo, y gracias a la cariñosa acogida que entre todos dispensan al dicharachero Quique, la magnánima familia del "Tigre de San Fernando" desmiente que el sargento sea tan severo como lo pintan. Es más: al final se acabará demostrando que su obstinación en pulir catetos ha valido la pena, puesto que el tal Miguel Cañete Moste (Alfredo Landa) no sólo saca a relucir unas inesperadas dotes para el ejercicio de la carrera naval, sino que, una vez que la invidente Julia (Enriqueta Carballeira) recupera milagrosamente la vista, es muy probable que el hombre haya ganado también un yerno.


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Siempre sorprendes con tus acertadas reseñas. Esta desde luego es una de aquellas "joyas" que de seguro animaron a mas de uno a probar suerte en la marina, recuerdo que ese eslógan fue muy popular, no se si recuerdas este anuncio:
    https://www.youtube.com/watch?v=dxel2eOYR3Y
    Lo de la ciega fue una pasada de frenada la verdad... Por cierto, aqui en Vigo durante muchos años fue muy habitual ver a los marineros y su uniforme, fue a principios del 2000 mas o menos cuando cerro la ETEA (Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada), a día de hoy sus impresionantes instalaciones todavía siguen buscando destino, están a pie del mar.
    Igual un día de estos le vuelvo a dar un vistazo...
    Venga, saludos y feliz semana!

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    1. Hola, Fran:

      No conocía el anuncio (gracias por el enlace), aunque se ve enseguida que forma parte de la misma campaña.

      Saludos.

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