sábado, 4 de noviembre de 2017

Frente de Madrid (1939)




Título original: Carmen fra i rossi
Director: Edgar Neville
Italia/España, 1939, 78 minutos

Frente de Madrid (1939) de Edgar Neville


El Estudio nº 3 de Chopin, el mismo del que varias décadas después se serviría Jaime de Armiñán en Mi querida señorita, se utilizó como leitmotiv para esta producción bélica rodada en Italia por Edgar Neville y que, pese a apuntar tímidamente el tema de la reconciliación nacional, vista hoy día resulta de un maniqueísmo inasumible. Así, pues, los milicianos de la CNT son presentados como una horda de zafios mezquinos, mientras que, en el bando contrario, los falangistas son simpáticos, apuestos y sumamente generosos: ça va de soi, tratándose de cine de propaganda.

"Vale más que mueran cien inocentes a que se salve un fascista"


Ligado a esto último, y ya desde el punto de vista técnico, Frente de Madrid destaca por la intencionalidad de su puesta en escena, valiéndose continuamente de pequeños detalles que tienen por objetivo llamar la atención del espectador respecto al mensaje que se quiere transmitir. Ello sucede, por ejemplo, en el inicio, donde un par de calendarios se integran en el diálogo para situar la historia en los días previos al 18 de julio. Y algo similar ocurre con un jarrón de porcelana, cuyo prohibitivo precio (6000 pesetas del año 36) se menciona como por azar para, al cabo de algunas escenas, ver cómo un combatiente anarquista se lo carga por puro capricho a golpe de culata.

Fosco Giachetti (Saverio) y Conchita Montes (Carmen)


En la misma línea habría que valorar el personaje de Fabricio, padre de María (la criada de Carmen) y encargado de la liberación de esta última aprovechándose de su prolongada militancia en el Partido Comunista. Al marcharse de la checa mantiene con el centinela el siguiente diálogo:

FABRICIO: ¡Me afilié al partido para intentar mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos, no para acabar asesinando a mis conciudadanos!
CENTINELA: Cuidado, Fabricio, yo no diría esas cosas en voz alta.
FABRICIO: ¡Se lo diría a cualquiera! ¡Me da igual! ¡Esto que está pasando nada tiene que ver con la justicia! ¡Es un crimen! ¡Asesinar a inocentes es una verdadera injusticia!
CENTINELA: Es la revolución.
FABRICIO: ¡No, un asesinato es lo que es! ¡Y por eso perderemos la contienda!

Al hacer que un viejo comunista se exprese en esos términos se da a entender que hasta algunos republicanos están haciendo suyo el discurso de los nacionales. E igualmente perverso es el momento final, cuando Saverio (Fosco Giachetti) agoniza junto a un joven del bando opuesto (Carlos Muñoz): procurando remediar las irreparables heridas del muchacho, en realidad vecino suyo, el hombre le practicará un torniquete en la pierna izquierda... ¡con el emblema de la Falange! que arranca de su propia camisa.



Considerada perdida durante décadas, Frente de Madrid fue redescubierta hará algo más de once años a través de una copia alemana de la versión italiana del filme. De ahí que el papel principal masculino lo interprete Fosco Giachetti en lugar de Rafael Rivelles, protagonista de la versión española. Del resto del reparto destaca la presencia de un debutante Manolo Morán, quien, al cabo del tiempo, se convertiría en uno de los secundarios habituales del cine español.

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