Título original: Le dernier souffle
Director: Costa-Gavras
Francia, 2024, 97 minutos
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El último suspiro (2024) de Costa-Gavras |
Un insistente aroma a despedida flota de principio a fin en Le dernier souffle (2024), título de resonancias buñuelianas con el que el veterano Costa-Gavras pudiera estar cerrando su ya extensa filmografía. Circunstancia que, por otra parte, se hace aún más evidente con la obsesión por la muerte que demuestran los personajes de un filme absolutamente crepuscular, aunque en absoluto pomposo.
A este respecto, el fallo positivo que anuncian las pruebas médicas a las que Fabrice Toussaint (Denis Podalydès) es sometido da lugar a una serie de reflexiones entre el filósofo y el equipo de cuidados paliativos que lo atiende, encabezado por el doctor Augustin Masset (Kad Merad), generalmente ilustradas con antiguos casos en forma de flashback procedentes de la experiencia profesional de los galenos, un poco al estilo de las digresiones en los ensayos freudianos.
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Charlotte Rampling en un breve papel de enferma terminal |
Sin embargo, la certeza ante el final de la vida no se traduce, ni mucho menos, en una actitud pesimista, sino todo lo contrario, como lo demuestra el halo mágico que desprende la secuencia en la que una niña gitana ameniza el séquito de Estrella (Ángela Molina) entonando la canción "Deux escargots s'en vont à l'enterrement d'une feuille morte" de Prévert y Kosma.
Asimismo, y pese a la acritud mostrada por Sidonie (Charlotte Rampling), el tono general de la cinta resulta optimista más que otra cosa (o por lo menos dulcemente resignado), como lo demuestra el hecho de que la última palabra que se pronuncia, en boca de la oncóloga Eléonore (Karin Viard), sea "futuro".