domingo, 23 de junio de 2024

La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)




Título original: Invasion of the Body Snatchers
Director: Don Siegel
EE.UU., 1956, 80 minutos

La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)


Por más que sus creadores negaran cualquier lectura política del filme, parece obvio que el trasfondo de Invasion of the Body Snatchers (1956) bebe del contexto ideológico que se respiraba en aquel entonces en un mundo dividido en dos bloques. No es de extrañar, pues, que tras esa insólita epidemia de histeria colectiva que afecta a buena parte de la población de Santa Mira se esconda alguna alusión velada a cuanto supuso la convulsa "caza de brujas" macartista.

Se da el caso, además, de que la cinta, una producción de Serie B rodada en apenas diecinueve días, se ha ido convirtiendo, con el paso de los años, no sólo en un clásico del cine de ciencia ficción, sino sobre todo en título de culto de dicho subgénero cinematográfico. Entre otras cosas porque su atmósfera inquietante y opresiva depende más de factores de tipo psicológico que no de unos modestos efectos especiales.



Con su fotografía en blanco y negro, rodada en formato SuperScope, la historia se narra mediante un larguísimo flashback en el que el doctor Bennell (Kevin McCarthy) explica minuciosamente sus infortunios a quienes le atienden en el hospital donde ha sido ingresado. Circunstancia que los responsables de la Allied Artists aprovecharon para acabar imponiendo un final "feliz" que, en cierto modo, calmara la inquietud de un público más crédulo que el actual.

Y es que, en el fondo, la puesta en escena de Don Siegel, a partir de un serial de Jack Finney que se había ido publicando en las páginas de la mítica revista Collier's, no aborda exclusivamente una posible invasión alienígena. En realidad, y es ahí donde radica la clave de su éxito, el guion contiene un claro mensaje existencial que plantea interrogantes sobre la identidad y la naturaleza humanas. De ahí la paranoia de unos individuos que asisten con asombro al progresivo reemplazo de sus familiares y amigos por réplicas exactas, aunque desprovistas de emociones.



4 comentarios:

  1. Título mítico, con más lecturas de las que aparenta, como bien señalas.

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    1. Pese a lo aparentemente intrascendente de sus argumentos, la ciencia ficción ocultaba más mensajes de lo que a simple vista pudiera parecer.

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  2. Como dije en un post sobre este título y otros similares, el terror que concita tiene algo que ver con un miedo atávico a no reconocernos o no reconocer a nuestros semejantes.

    Un abrazo.

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    1. De hecho, en psicología dicho temor recibe el nombre de Síndrome de Capgras, si bien la película apunta también en otras direcciones, como la creciente relevancia que la energía nuclear estaba adquiriendo por aquellas fechas.

      Un abrazo.

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