jueves, 2 de septiembre de 2021

De profesión, sus labores (1970)




Director: Javier Aguirre
España, 1970, 82 minutos

De profesión, sus labores (1970) de Javier Aguirre


Chico conoce a chica, se enamoran, forman una familia... Y al cabo de varios años de feliz matrimonio, cuando ya tienen dos criaturas (niña y niño), las amigas de ella la convencen para que ponga a prueba la fidelidad de su marido. Pero como las carga el diablo, lo que empieza siendo un juego terminará amenazando muy seriamente con echar a perder la estabilidad de la pareja. Punto de partida, por cierto, bastante similar al que llevaban a cabo aquellos célebres Anselmo y Lotario de El curioso (y cervantino) impertinente.

De profesión, sus labores (1970) giraba en torno a los altibajos conyugales de dos parejas antagónicas. Por una parte, Ana (Laura Valenzuela) y Juan (Alberto de Mendoza) encarnan la aparente felicidad de quienes, en principio, lo tienen todo para sentirse plenamente satisfechos con la vida que les ha tocado en suerte. En cambio, Federico y María José están siempre discutiendo, tal vez porque él (Fernando Fernán-Gómez) es un hombre indeciso que busca el amparo de su amigo Juan, mientras que ella (Mónica Randall) manifiesta un carácter un tanto cáustico que sembrará de suspicacias el hasta entonces apacible horizonte de Ana.



El todoterreno Javier Aguirre dirige un guion, a medio camino entre la comedia de costumbres y el drama familiar, que lleva el sello inconfundible del productor Pedro Masó. Buena muestra de ello, y en consonancia con el habitual tono doméstico que solía imprimirle a sus películas, es la presencia en el reparto de una parejita de hermanos que están continuamente como el perro y el gato. Sobre todo el ocurrente Chapete (Alejandro García), sin duda uno de los reclamos principales del filme de cara a hacer las delicias de los espectadores.

No parece que De profesión, sus labores sea el título más acertado para una historia que, lejos de exponer las vicisitudes de un ama de casa convencional, abordaba temas tan morbosos para la moral de la época como la tentación o el adulterio. Aunque ya se sabe que para lidiar con la censura del régimen se requerían grandes dotes de ingenio y de ahí que se intentara camuflar el verdadero contenido de la cinta bajo la apariencia de un producto mucho más anodino.



6 comentarios:

  1. Mencionas a Cervantes y, en efecto, al leer el argumento, me recordaba a las comedias de enredo de los clásicos.

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    1. Sí, claro: el vodevil y el sainete hunden sus raíces más profundas en los clásicos hasta llegar a la comedia latina de Plauto y Terencio.

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  2. Javier Aguirre, el que creó el concepto de "anticine" y rodó dos películas delirantes: "Una vez al año ser hippy no hace daño" y "El jorobado de la morgue" con Paul Naschy.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. El mismo. De hecho fue un director con una filmografía bastante heterogénea en la que, como bien señalas, conviven títulos de muy distinto género.

      Saludos.

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  3. Hola Juan!
    No te lo podría confirmar al 100% pero juraría haber visto eso de "sus labores" en el dni de mi madre, desde luego en otro tipo de documentos si era habitual.
    Saludos!

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    1. Ya lo creo, Fran: era una expresión muy reveladora del rol que se les reservaba a las mujeres en aquella sociedad tan patriarcal.

      Saludos.

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