Título original: The Twilight Zone
Directores: Douglas Heyes/Alvin Ganzer/Robert Stevens
EE.UU., 1959-1960, 25+25+25 minutos
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| La dimensión desconocida (1959-1964) |
Hubo una época en la que las producciones televisivas rivalizaban con la industria cinematográfica a la hora de ofrecer formatos que, pese a la modestia de los medios con que eran realizados, pudiesen atraer igualmente el gusto del público. Tal es el caso de la mítica The Twilight Zone (1959-1964), serie de temática fantástica concebida para la CBS por el visionario Rod Serling (1924-1975), antiguo combatiente herido en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial que, además de firmar los guiones de numerosos episodios, solía aparecer también al principio de cada uno de ellos para presentarlos.
"Eye of the Beholder" (algo así como 'Perspectiva subjetiva') se emitió originariamente el 11 de noviembre de 1960. Se trata de un capítulo ya de la segunda temporada que plantea una insólita sociedad de individuos deformes en la que, por consiguiente, lo malo es ser guapo. Desde un punto de vista técnico, la puesta en escena queda magistralmente resuelta mediante el recurso de no mostrar el rostro de los personajes hasta el último momento. Sin embargo, lo más interesante no sería tanto la sorpresa final, sino las múltiples lecturas a las que se presta una historia en torno a temas como la identidad personal (recuérdese, a tal efecto, que persona, en latín, significa 'máscara') o la tiranía de las apariencias. El hecho, además, de que la protagonista oculte su rostro bajo un vendaje entronca con otros títulos de aquel entonces de similar atmósfera como Les Yeux sans visage (1960) de Franju o La cara de otro (1966) del japonés Hiroshi Teshigahara.
"The Hitch-Hiker" ('La autoestopista') destila un cierto aire onírico, en la línea de leyendas urbanas como la de la célebre chica de la curva, que prefigura el estilo de posteriores cineastas como David Lynch. En este caso es un inquietante desconocido el que se le aparece en repetidas ocasiones a la protagonista (Inger Stevens) durante un viaje en coche desde Manhattan hasta Los Ángeles. De nuevo una pirueta final, marca de la casa, nos reserva un giro inesperado de los acontecimientos cuando la mujer hace un alto en el camino y, desde una cabina, realiza una llamada telefónica a casa.
Por último, "Walking Distance" ('A poca distancia a pie') aborda el extraño viaje en el tiempo de un individuo (Gig Young) que, sin saber cómo, se halla de pronto en los lugares que marcaron su infancia en una pequeña localidad provinciana. Dotada de un aire evocadoramente nostálgico, en consonancia con la música incidental compuesta por Bernard Herrmann, la trama denota la influencia palpable del Bergman de Fresas salvajes (1957) al enfrentar al protagonista con los fantasmas de su pasado, en especial cuando éste visita a sus padres, quienes lo toman por loco.
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