viernes, 20 de agosto de 2021

Los maridos no cenan en casa (1957)




Director: Jerónimo Mihura
España, 1957, 78 minutos

Los maridos no cenan en casa (1957)


El comediógrafo Honorio Maura (1886-1936), hijo del ilustre político Antonio Maura, había estrenado en diciembre de 1934 una farsa, a propósito del divorcio, titulada Las desencantadas. Y es que, a juzgar por otros títulos de algunas de las piezas teatrales que el mismo autor escribió en tiempos de la república —Eva indecisa (1932), La mujer misteriosa (1933), Hay que ser modernos (1935)—, debió de tratarse de un dramaturgo muy dado a ironizar a propósito de la entonces incipiente emancipación femenina. 

Sea como fuere, lo cierto es que el repertorio de este monárquico, asesinado a manos de milicianos anarquistas en los primeros meses de la Guerra Civil, gozó de cierto predicamento durante el franquismo. Buena prueba de ello es que, todavía en los años cincuenta, el trío cómico integrado por los actores Zori, Santos y Codeso llevó a las tablas la primera de las obras citadas, bajo el título de Los maridos no cenan en casa. Poco tiempo después, ya en 1957, serían esos mismos intérpretes los encargados de protagonizar la versión cinematográfica, esta vez a las órdenes del director Jerónimo Mihura. La producción, por cierto, corrió a cargo del también cineasta Luis Marquina.

Zori, Santos & Codeso: flamenqueando


Autor del argumento, el guion y los diálogos, José Muñoz Román escribió, asimismo, la letra de varias canciones, cuatro en total, que se intercalan a lo largo de la acción dando lugar a algo que quiere parecer una comedia musical. Una de las composiciones, entonada a coro por la directora del sanatorio (Ena Sedeño) y sus pupilas en esa especie de comuna feminista en la que se refugian las afligidas esposas del trío calavera, no tiene desperdicio por lo incendiario de sus proclamas. Reproducimos íntegramente su estribillo: "El hombre es un ente abominable / el hombre no tiene corazón / el hombre es traidor y miserable / vanidoso, vicioso y fanfarrón. / Debemos, por déspota y tirano, / cogerle del cuello y apretar. / Algunos resultan tan soberbios... / ¡A vencer, a morir, a luchar!"

Evidentemente, esto no deja de ser una sátira con la mira puesta en parodiar la guerra de sexos. Según se plantean aquí las cosas, ellos responden al perfil de juerguista impenitente, mientras que las mujeres, siempre dispuestas a dar su merecido a esos zánganos, destacan por un afán vengativo que denota el carácter misógino subyacente en el fondo de dicha visión de las cosas. Sin ser nada del otro mundo, la película contiene números originales, como el sueño en el que Carlos (Tomás Zori), Arturo (Fernando Santos) y Enrique (Manolo Codeso) se imaginan que son los reyes de la baraja, amén de la presencia de una jovencísima Concha Velasco haciendo de criada o el cameo final de Fernando Fernán Gómez.



4 comentarios:

  1. Zori, Santos y Codeso, son sinónimo de éxito en el género de la revista teatral, sobre todo en los años 60.

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    1. Claro. De hecho esta película es la adaptación de una de esas revistas.

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  2. Hola Juan!
    Pues no la he visto. Siempre interesantes los datos que nos aportas.
    Saludos!

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    1. Es una peli curiosa, con algunos números musicales (como el que cito en la entrada) que no tienen desperdicio.

      Saludos.

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