domingo, 28 de agosto de 2016

Días del cielo (1978)











Título original: Days of Heaven
Director: Terrence Malick
EE.UU., 1978, 94 minutos

Días del cielo (1978) de Terrence Malick

Se hace difícil ver esa mansión victoriana en mitad de la nada y no pensar en Gigante, el clásico que dirigiera George Stevens en 1956. La diferencia es que en Días del cielo no hay petróleo sino campos de trigo, plagas de langosta y pasiones encontradas. Y también una dirección de fotografía monumental a cargo de Néstor Almendros que mereció el Óscar.



Como es habitual en la cinematografía de Malick, lo de menos son los diálogos: lo verdaderamente importante es la magnificencia de la naturaleza y cómo los personajes parecen conectar de algún modo con el cosmos. Suena pretencioso, pero es que el cine de Terrence Malick lo es, para bien o para mal: sus admiradores lo adoran por ello y sus detractores, por exactamente la misma razón. Sólo Kubrick se atrevió a hacer cosas semejantes (¿tendrá algo que ver la similitud fonética de sus respectivos apellidos?)



También hay, sí, elementos que pueden parecer gratuitos: ¿por qué Abby (Brooke Adams), Bill (Richard Gere) o Linda (Linda Manz) se tiran la comida en una determinada escena? ¿Qué aportan esos primeros planos a priori intrascendentes: una mantis en mitad de la noche, una copa en el fondo de un río, unas gotas de rocío sobre las espigas...? Lo primero quizá sea debido a un método de trabajo con los actores basado en la improvisación. Para lo segundo no hay otra respuesta sino la conciencia de autor que posee el propio cineasta y que le lleva a intentar captar la poesía mediante imágenes.



Sea como fuere, la fuerza visual de Days of Heaven es innegable y aunque sólo hubiera de ser tenida en cuenta por la belleza que contienen la mayoría de sus planos siempre vale la pena aprovechar la ocasión de disfrutarla en pantalla grande.

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