Título original: Körkarlen
Director: Victor Sjöström
Suecia, 1921, 108 minutos
La carreta fantasma (1921) de Victor Sjöström |
Además de ser la película favorita de Ingmar Bergman, quien solía hacérsela proyectar cada verano en su residencia de la isla de Fårö, Körkarlen (1921) supuso también uno de los hitos de la época dorada del cine mudo sueco. Su director y protagonista, el legendario Victor Sjöström (1879–1960), haría posteriormente carrera en Hollywood durante un breve intervalo tras el cual, ya de regreso a su país, continuó trabajando como actor, varias veces, por cierto, a las órdenes del ya mencionado Bergman, siendo Fresas salvajes (Smultronstället, 1957) la más recordada de sus colaboraciones, aparte de genial broche de oro de su carrera.
También Kubrick se dejaría seducir por el atractivo de alguna de las escenas de esta película, particularmente aquélla en la que David Holm (Sjöström) destroza una puerta a hachazos y que, décadas más tarde, sería emulada por Jack Nicholson en El resplandor (The Shining, 1980). Sjöström, a su vez, se había inspirado en una escena de Broken Blossoms (1918) de Griffith. Sin embargo, el guion de la película adaptaba una célebre novela de la premio Nobel Selma Lagerlöf (1858–1940) cuyas obras, por otra parte, fueron asiduamente llevadas a la pantalla en aquellos mismos años, generalmente de la mano del propio Sjöström o del otro gran cineasta de aquel período: Mauritz Stiller (1883–1928).
Probablemente, uno de los aspectos más llamativo de la cinta que nos ocupa, aparte de sus artesanales trucajes para dar a entender la condición de espíritus o almas en pena de algunos personajes, sea la mezcla de elementos fantásticos y folletinescos en una trama que gira en torno a la redención de un vagabundo alcoholizado cuyo egoísmo contrasta enormemente con la bondad de su esposa y de la enfermera del Ejército de Salvación que pretende rehabilitarlo.
A pesar de su tono moralizante, subrayado por el manido recurso de la maldición ("¡Aquél que muera el último día del año deberá conducir la Carreta Fantasma!"), la obra cumbre de Sjöström destaca por una estructura, a base de saltos temporales y aleccionadores paseos de la mano de la Parca, que se adelanta en dos décadas a las tribulaciones de George Bailey junto al ángel Clarence en ¡Qué bello es vivir! (It's a Wonderful Life, 1946). Argumentos más que suficientes para concluir que estamos ante una obra maestra, hoy ya centenaria, que acabaría creando escuela.
Podría estar horas hablando de esta película y de la novela "Körkarlen", de Selma Lagerlöf, así que me limitaré a decir que, bajo mi modesto y particular punto de vista, estamos ante una de las mejores películas del cine mudo en particular y del cine en todos sus ámbitos, en general.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarPues me la acabas de descubrir. El caso es que el nombre del director me suena muchísimo de haberlo leído.
Saludos!
Hombre, Fran: pues siempre es un honor descubrirle a alguien una obra maestra como "La carreta fantasma".
EliminarYa me dirás qué te ha parecido.
Saludos,