Director: Ermanno Olmi
Italia, 1956, 13 minutos
Aún le faltaban varios años a Ermanno Olmi (1931–2018) para pasarse a la ficción cuando rodó este corto sobre los mineros que trabajan día y noche en la construcción de uno de los complejos hidroeléctricos más grandes de Europa, situado en las inmediaciones del valle del río Fumo.
Dotado de un interés especial hacia las clases humildes, notorio a lo largo de toda su filmografía, el cineasta italiano logra captar mediante su cámara la parsimonia de unos obreros que manejan la dinamita con el sosiego de quien sabe lo que se trae entre manos.
Mientras tanto, en claro contraste con la oscuridad de las galerías subterráneas, la vida refulge en el exterior, ajena al sacrificio de estos hombres bajo tierra.
Pese a no figurar en los títulos de crédito, el guion es obra de un Pasolini cuya sensibilidad proletaria casaba a la perfección con el humanismo de inspiración cristiana de Olmi.
Olmi supo captar muy bien en su cine tanto el trabajo del proletariado, como el del campesinado italiano.
ResponderEliminarY además sin resultar panfletario, que es lo que tiene más mérito.
EliminarUn director menys conegut del que mereix, al menys a casa nostra, Potser per la seva orientació cristiana?
ResponderEliminarNo ho crec. Suposo que el seu cinema és menys popular que el de d'altres directors italians de la seva generació pel simple fet d'haver conreat un estil allunyat d'estridències.
EliminarY cuando se pasó a la ficción, el cine de Olmi tampoco se alejaba demasiado del documental, véase "El árbol de los zuecos", por ejemplo.
ResponderEliminarAsí es: siempre apegado a la realidad y a las clases humildes.
EliminarSaludos