Título original: Karins ansikte
Director: Ingmar Bergman
Suecia, 1986, 14 minutos
El rostro de Karin (1986) de Bergman |
Son apenas catorce minutos. Tiempo de sobras para que el maestro Bergman nos cuente una vida en imágenes: la de su propia madre. Desde la más tierna infancia hasta dos meses antes de fallecer, las instantáneas del álbum familiar muestran el rostro de una mujer afectuosa que, dada la tensa relación entre el futuro cineasta y la figura paterna (un estricto reverendo luterano), jugaría un papel de vital importancia durante la infancia y adolescencia del pequeño Ingmar.
El color sepia de los retratos, unido a las notas melancólicas que Käbi Laretei (esposa de Bergman entre 1959 y 1965) arranca del piano, generan una atmósfera de añoranza teñida de un cierto desconsuelo frente al paso inexorable del tiempo. Sobre todo a medida que Karin vaya paulatinamente volcando sus esfuerzos en el cuidado de los demás, especialmente su prole, y la infelicidad se dibuje poco a poco en las facciones de su semblante.
No podía faltar su madre en el universo femenino de Bergman.
ResponderEliminarLa verdad es que, después de ver este corto, a uno le queda una sensación un tanto agridulce respecto al papel sumiso que le tocó vivir a la madre del cineasta.
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