Título original: Un beau matin
Directora: Mia Hansen-Løve
Francia/Reino Unido/Alemania, 2022, 112 minutos
Una bonita mañana (2022) de Mia Hansen-Løve |
Desde que se separó del padre de su hija, Sandra (Léa Seydoux) lleva cinco años dedicada casi en exclusiva a sus labores como traductora e intérprete, así como a cuidar de su padre (Pascal Greggory), aquejado de una enfermedad neurodegenerativa cuyos síntomas se van agravando día tras día. Hasta que, de pronto, reaparece en su vida Clément (Melvil Poupaud), un viejo amigo, cosmoquímico de profesión, con el que rápidamente entabla un tórrido romance. El único y gran problema, sin embargo, radica en que Clément es un hombre casado, con todos los inconvenientes que ello conlleva...
A fuerza de constancia, la cineasta francesa Mia Hansen-Løve (París, 1981) ha ido construyendo una sólida filmografía en la que Un beau matin (2022), su octavo largometraje, certifica la madurez creativa de una autora que, ya desde sus primeros trabajos, se ha distinguido por cultivar una voz absolutamente personal. Algo que, en el caso que nos ocupa, adquiere tintes autobiográficos cuando la protagonista encuentra entre los papeles del viejo Georg un emotivo poema que fue escrito, en realidad, por el padre de la propia realizadora poco antes de que éste falleciese.
Y es que el punto de inflexión en el que se encuentra Sandra, a medio camino entre la pasión amorosa y el duelo ante el progresivo declive de la figura paterna, la convierten en una mujer con los sentimientos a flor de piel, capaz de emocionarse hasta el extremo de arrancarle a Clément la promesa de que, si siguen juntos al cabo de treinta años y ella empieza a manifestar los mismos síntomas que padece su padre, aquél le aplicará la eutanasia.
La luminosidad de las imágenes, unida al colorido con el que se captan, por ejemplo, los libros de la biblioteca familiar (pinceladas, según afirma la hija, que constituyen la vida de una persona), da como resultado una puesta en escena sensorial, aunque lánguida al mismo tiempo, en la que la música de Schubert (el Andantino de la Sonata nº 20) o las piezas para piano del sueco Jan Johansson (1931-1968) adquieren vital importancia a la hora de crear una determinada atmósfera, a veces intimista y a ratos melancólica, que desemboca, no obstante, en un final esperanzador (la "bonita mañana" a la que alude el título) sobre el horizonte parisino.
Muy interesante lo que cuentas.
ResponderEliminarMuchas gracias. Debo admitir que cada vez siento mayor debilidad por esta directora.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarPues me he quedado un rato pensativo con esa promesa, en alguna ocasión leyendo sobre el tema o viendo algún reportaje siempre me asaltan todo tipo de dudas.
Siempre que aparecen fotos de librerías me gusta fijarme en los lomos, aquí no se adivina ningún titulo.
A mi Seydoux me tiene un aire a Mia Farrow en "La semilla del diablo".
Saludos!
En esa foto no se aprecian títulos, es cierto, pero sí en otro momento del filme, cuando se muestra un primer plano con obras de Kafka, Thomas Mann o Goethe.
EliminarEn cuanto al parecido razonable entre ambas actrices, yo también había reparado en ello. Según leo en IMDb, la decisión de cortarle el pelo a Léa Seydoux fue de la directora, deseosa de despojar a la intérprete de su lado más sensual.
Saludos.