Título original: Moje slunce Mad
Directora: Michaela Pavlátová
Chequia/Francia/Eslovaquia, 2021, 85 minutos
My Sunny Maad (2021) |
¿Qué pinta una checa en Kabul? Pues la verdad es que habría que retrotraerse a una novela de 2004, Frišta, de la reportera y trabajadora humanitaria Petra Procházková, para responder a semejante pregunta. Habiendo cubierto diversos conflictos a lo largo y ancho del planeta como corresponsal de guerra, finalmente se decidió a volcar parte de sus experiencias en una ficción narrativa sobre una mujer ruso-tadjik que vive en Afganistán después de la caída de los talibanes. Argumento que, con ligeros cambios, sirvió de base hace un par de años para que su compatriota, la también checa Michaela Pavlátová, llevase a cabo esta bella cinta de animación a propósito de Herra, la joven estudiante que un buen día, tras conocer a Nazir, abandona su Praga natal para trasladarse con él al país islámico.
Ni que decir tiene que el encaje de una occidental en el seno de una sociedad tan extremadamente misógina dará pie a no pocos apuros, de los que la pobre intenta defenderse como buenamente puede. Suerte que entre tanto mameluco, incluido su propio marido, la protagonista hallará el amparo de dos figuras opuestas, aunque igualmente cómplices. Uno, tremendamente afable, es el abuelo; el otro, un niño macrocéfalo y, por ende, repudiado a causa de su aparente fragilidad, se va a convertir en una especie de hijo adoptivo para ella.
Son varios los paralelismos que, en un principio, podrían establecerse entre Moje slunce Mad (2021) y otras cintas de similares características. Por ejemplo, con Persépolis (2007), por lo que ambas tienen de acercamiento a mujeres que luchan contra la intolerancia religiosa. O, en menor medida, con Un día más con vida (2018), excelente filme de animación sobre los avatares del polaco Kapuscinski en la Angola revolucionaria. Aun así, sería otro título, Les hirondelles de Kaboul (2019), de Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec, el que más se acercaría a lo que aquí se narra.
Todo un microcosmos, dibujado sin excesivo afán realista (por lo menos sin recrearse en la miseria), cuya esencia entra en abierto conflicto con los aires de renovación que los cooperantes extranjeros llevan consigo. De hecho, buena parte de las discusiones entre Herra y el posesivo Nazir comienzan por los recelos que suscita en el hombre el que su esposa adopte un papel más activo cuando colabora con los americanos movilizados en la zona. Lo cual, a su vez, pone de manifiesto la encrucijada entre dos mundos antagónicos: por una parte, la sumisión de la mujer, oculta bajo el burka, reducida a su función procreadora, frente a la emancipación de quien opta por rebelarse contra la tiranía del patriarcado.
En efecto, hay ya otros films que han retratado el difícil encaje de la mujer en estos mundos tan rancios, pero nunca está de más volver sobre el tema.
ResponderEliminarTampoco está de más que películas como ésta se estrenen en salas comerciales, aunque sea con dos años de retraso.
ResponderEliminarHola Juan!
ResponderEliminarEstaba pensando en lo útil que pueden resultar este tipo de películas en las aulas y al mismo tiempo en las dificultades o quejas posteriores por parte de algunos progenitores con este tipo de contenidos.
Gracias por traerla, me la apunto.
Saludos!
Hombre: nunca llueve a gusto de todos, pero, aun así, los filmes de animación como éste sí que es cierto que se prestan a ser utilizados con finalidades educativas.
EliminarSaludos.