miércoles, 29 de marzo de 2023

La chica de París (2001)




Título original: Une hirondelle a fait le printemps
Director: Christian Carion
Francia, 2001, 103 minutos

La chica de París (2001) de Christian Carion


Dicen los franceses que "Una golondrina no hace la primavera", dando a entender que no debemos confiar en las apariencias y que no es razonable sacar conclusiones generales de un solo hecho aislado. La ópera prima de Christian Carion tomaba precisamente ese refrán para darle la vuelta y afirmar, ya desde el propio título, que una de dichas aves, en alusión a la protagonista, hará renacer con su sola presencia la granja del viejo Adrien (Michel Serrault).

Un hombre mayor, algo huraño y cascarrabias, y una urbanita treintañera que un buen día decide liarse la manta a la cabeza y abandona su zona de confort para irse a vivir al campo: a priori, no parece que Sandrine (Mathilde Seigner) y el antiguo propietario de la finca a la que ésta va a parar tengan mucho en común. Sin embargo, el tópico de que los polos opuestos se atraen irá quedando paulatinamente demostrado conforme pasen las semanas y Adrien, que tampoco es un tipo fácil, deje de lado sus recelos iniciales.



También el espectador tendrá ocasión de comprender por qué Adrien, un viudo que ha debido enfrentarse a mil y un contratiempos a lo largo de su vida (por ejemplo, cuando le obligaron a sacrificar sus reses por culpa de la encefalopatía espongiforme bovina, la popularmente conocida como enfermedad de las vacas locas), da muestras de una misantropía que en el fondo no es sino una coraza para protegerse de las amenazas externas.

En definitiva, la moraleja latente en Une hirondelle a fait le printemps (2001) vendría a remarcar, a grandes rasgos, dos circunstancias distintas: ni todos los parisinos son tan remilgados que no puedan hacerse cargo de una casa rural en plena montaña, donde los rigores del invierno son una dura prueba no apta para pusilánimes, ni un anciano gruñón, por muy terco e insociable que éste sea, logrará resistirse durante mucho tiempo a los encantos de una antigua profesora de informática empeñada en llegar a ser granjera.



4 comentarios:

  1. Son películas amables y entretenidas, supongo que con un contenido que tendrá mucho sentido del humor.

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    1. Pues no, no creas: más que sentido del humor, se trata de una visión entrañable de lo que supone abandonar la gran ciudad para irse a vivir al medio rural.

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  2. Hola Juan!
    Este tipo de personajes y situación da mucho juego, aun habiendo sido representado en varias películas siempre engancha.
    Estoy empezando a preocuparme, en alguna ocasión me han calificado de hombre mayor, huraño y cascarrabias, no todo junto pero bueno, mas o menos...jeje Esta descripción también valdría para el abuelo de Heidi.
    Saludos!

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    1. Bueno, no sé: ya sabes que no hay que hacer mucho caso de lo que diga la gente.

      Saludos

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