Título original: Le refuge
Director: François Ozon
Francia, 2009, 89 minutos
Mi refugio (2009) de François Ozon |
Podría haber sido un dramón tremendo y, sin embargo, no hay el menor atisbo de morbosidad en Le refuge (2009). Todo lo contrario: la historia de una toxicómana que, tras la muerte por sobredosis de su pareja, no sólo decide tirar adelante con un embarazo de riesgo, sino que además acaba liándose con el hermano homosexual del difunto destila ternura por los cuatro costados. Porque lo cierto es que François Ozon, a diferencia de los excesos melodramáticos a los que, por ejemplo, hubiera podido dar pie semejante planteamiento en manos de nuestro Almodóvar, opta por un intimismo muchísimo más sosegado.
Se da la circunstancia, además, de que la actriz Isabelle Carré, protagonista absoluta del filme, estaba embarazada durante el rodaje, aportando el realismo necesario a la hora de narrar las vicisitudes de su personaje, Mousse, una mujer independiente cuya guarida (el "refugio" al que alude el título) es una casita frente al mar en el País Vasco francés. Allí se presenta un buen día Paul (Louis-Ronan Choisy, autor también de la banda sonora) y, si bien su presencia provoca al principio un cierto rechazo, terminará generándose una estrecha conexión entre ambos.
La forma en la que se aborda la maternidad de Mousse, mostrando abiertamente sus dudas tanto durante la gestación como después de dar a luz, suscita diversos debates en torno al concepto de "mala madre", algo de lo que quizá no se hablaba tanto en el momento del estreno de la película, pero que hoy está a la orden del día a la hora de afrontar la conciliación entre el hecho de tener hijos y las nuevas realidades que comporta el mundo contemporáneo.
Aun así, parece desprenderse que la voluntad de Ozon no consiste tanto en criticar la noción tradicional de lo que significa ser madre, sino en mostrar un caso límite mediante una mirada libre de prejuicios, de modo que el espectador no se sienta tentado a juzgar las acciones de la protagonista. A este respecto, la decisión final de Mousse no debe considerarse una huida, sino más bien un acto de valentía, una manera de pasarle el testigo a Paul para que ejerza el rol de padre en sustitución del malogrado Louis (Melvil Poupaud).
Ozon consigue navegar bastante bien en estas historias llevadas al límite.
ResponderEliminarCiertamente sus guiones huyen de lo convencional.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarAbordar un personaje como el de Isabelle no es tarea fácil, desde luego la historia arranca con fuerza, el poster es toda una declaración de intenciones.
Saludos!
Y, sin embargo, éste es uno de los títulos más intimistas que ha dirigido Ozon.
EliminarSaludos.