Director: Roman Polanski
Francia/Reino Unido/República Checa, 2005, 130 minutos
Oliver Twist (2005) de Roman Polanski |
Entre los diversos edificios que son el orgullo de una ciudad, grande o pequeña, no falta uno común a la mayor parte de ellas: el destinado a hospicio, asilo o casa de caridad. Cierto día, cuya fecha no hace al caso, como tampoco el nombre de la ciudad, que no quiero bautizar con uno imaginario, ni designar con el suyo, por prudencia, nació el simple mortal cuyo nombre figura a la cabeza de este capítulo.
Charles Dickens
Oliver Twist (1837–1839)
Traducción de Vergara
La minuciosidad con la que Polanski reconstruye el Londres decimonónico en su adaptación de Oliver Twist (2005) no deja lugar a dudas respecto a la maestría de un cineasta que afrontaba el reto de añadir algo nuevo al legado de tantos ilustres colegas que le habían precedido en el intento. Especialmente David Lean, cuya versión del 48 en blanco y negro, con Sir Alec Guinness encarnando el papel de Fagin, parecía difícil de superar. Aun así, el director franco-polaco supo rodearse de un excelente equipo de profesionales, entre los que destaca la labor de Pawel Edelman en la dirección de fotografía.
Comparada con sus predecesoras, esta nueva lectura del clásico de Dickens gana en fuerza visual gracias a una ambientación en la que no se escatiman todo tipo de detalles a la hora de reflejar las precarias condiciones de vida de las clases menesterosas en el seno de una sociedad profundamente dividida entre ricos y pobres. En ese aspecto, el submundo de pequeños maleantes al que va a parar el protagonista representa la triste constatación de que no hay esperanza posible de escapar de la miseria cuando ésta parece enquistada en lo más profundo de la colectividad.
Por otra parte, la elección de Barney Clark para el personaje central añadía un rostro cándido más a la larga nómina de niños que han interpretado el papel de Oliver. De la misma manera que Ben Kingsley, impecablemente caracterizado como viejo y avaro ratero, borda la enésima encarnación de un Fagin siempre ávido de reclutar nuevos miembros que incrementen las filas de su tropa infantil de carteristas.
En cambio, nadie diría viendo el bullicio de esas calles tan típicamente británicas que los exteriores de la película se rodaron, en realidad, en la República Checa, uno de los países coproductores de la cinta. Como tampoco es cierto que Gustave Doré ilustrase ninguna edición de las obras de Dickens. Y, sin embargo, Polanski se sirve de los grabados del artista francés para embellecer los títulos de crédito, tanto los iniciales como los finales. Lo cual aporta, dicho sea de paso, una nota artesanal que no desentona a pesar del aire de thriller de suspense que adquiere la trama a raíz del secuestro del chico a manos del pérfido Bill Sikes (Jamie Foreman).
Interesante película y buena adaptación de la inmortal obra de Dickens..
ResponderEliminarNo fue muy bien acogida en su momento, pero, aun así, respeta fidedignamente el espíritu de la obra en la que se basa.
EliminarEs una muy digna adaptación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sobre todo porque Polanski le da un enfoque que va más allá de la mera recreación de un clásico de la literatura universal.
EliminarUn abrazo.
Hola Juan!
ResponderEliminarPrecisamente esa fría acogida que tuvo me echo para atrás en su momento. Tarde en verla y al final acabe fascinado. Estoy de acuerdo, no se queda corta comparándola con la de Lean.
Saludos!
Son muy distintas en cuanto a su planteamiento, pero ambas resultan exquisitas.
EliminarSaludos.
Me encanta el cartel por lo simple y directo que es.
ResponderEliminarMe parece muy interesante tu repaso por la filmografía de Polanski.
Tengo un indigesto recuerdo del musical "Oliver" con Mark Lester pero me gustó el Fagin de Ron Moody. Tengo que ver esa versión para ver a Ben Kingsley, seguro que borda ese papel.
Saludos!
Borgo.
Yo, en cambio, guardo un grato recuerdo de "Oliver!", una de las muchas pelis que descubrí gracias al mítico programa de Garci en La2.
EliminarSaludos.
Es que no soy muy amante de los musicales. ¡Ah, también me gustó Oliver Reed en esa película.
ResponderEliminarHombre, yo depende: "Los paraguas de Cherburgo", por ejemplo, me parece una obra maestra. Y, como ése, tantos otros. Pero vaya, tampoco soy de los que se van a Londres a ver musicales a porrillo.
EliminarEsta adaptación de Oliver no la he visto, quizás por tener muy presente las otras versiones de las que habéis hablado. Es lo que sucede cuando el producto que se ofrece está algo trillado. Pero si dices que merece la pena, la veré si se pone a tiro.
ResponderEliminarSaludos.
A mí me da la sensación de que Polanski, que siendo un crío perdió a parte de su familia en los campos de exterminio nazi, se identifica con ese huérfano desvalido. Tal vez por ahí, a la luz de una lectura psicoanalítica, la película gana muchos enteros.
EliminarSaludos.