martes, 29 de agosto de 2023

Más ¡vampiros en La Habana! (2003)




Director: Juan Padrón
Cuba/España, 2003, 80 minutos

Más ¡vampiros en La Habana! (2003)


Años después de que Pepe revelase por radio la fórmula del Vampisol, ahora es su hijito, un chavalín superdotado de corta edad, quien, a base de frutos típicos del Caribe, mejora la composición y efectos del brebaje, rebautizándolo como Vampiyaba. Son los días aciagos de la Segunda Guerra Mundial y tanto la mafia, los soviéticos como las potencias del Eje enviarán a sus agentes a la isla para hacerse con el preciado producto.

Aunque sepa mal decirlo, en Más ¡vampiros en La Habana! (2003) ya no se intuye aquella carga subversiva que dejaba entrever su predecesora, una joya de la animación estrenada a mediados de la década de los ochenta, que se acabaría convirtiendo por derecho propio en un clásico de las cinematografías iberoamericanas. Mantiene, eso sí, el gracejo que su director, el desaparecido Juan Padrón (1947-2020), supo darle siempre a sus personajes, pero ahora con un estilo más cercano a la irreverencia de Los Simpson o cualquier otro de los cartoons al uso de hoy en día.



Aparte de su contexto bélico, con unos nazis que se convierten en peligrosos engendros tras la ingesta del mejunje, la trama recupera la presencia fantasmagórica del tío Werner Amadeus Von Drácula, revivido por obra y gracia de los experimentos que el joven Pepín ha ido llevando a cabo en el laboratorio a escondidas de sus padres.

En definitiva, representa que es la voz en off del mismísimo Hemingway la que relata unos hechos tan disparatados como divertidos, al ritmo de una trepidante música mambo en la que finalmente se cuelan los acordes del "Thriller" de Michael Jackson, lo cual indica hasta qué punto se agringaron los gustos del respetable en el seno de una sociedad decadente en la que el comunismo local convive con el consumismo global.



2 comentarios: