Título original: Killer's Kiss
Director: Stanley Kubrick
EE.UU., 1955, 68 minutos
El beso del asesino (1955) de Stanley Kubrick |
Aun teniendo sus defectos, Killer's Kiss (1955) confirmaba los augurios del joven talento que un par de años antes había firmado la muy prometedora (pese al juicio extremadamente negativo del propio Kubrick) Fear and desire (1953). Se trata, como suele decirse en estos casos, de un sobrio ejercicio de cine negro cuyo mérito principal reside más en la forma (un larguísimo flashback de una hora narrado por la voz en off del protagonista) que en el contenido.
El argumento de la cinta gira en torno a Davey Gordon (interpretado por Jamie Smith), una vieja gloria del boxeo venida a menos que, tras salir en defensa de su vecina Gloria (Irene Kane), se ve envuelto en problemas con el caduco capo mafioso Rapallo (de nuevo Frank Silvera, uno de los soldados de la ya mencionada Fear and desire), que hasta ese momento la protegía. Es la historia, por tanto, de dos perdedores que deciden unir sus destinos para rebelarse contra las penalidades de una oscura existencia en los barrios bajos neoyorquinos.
Sin embargo, decíamos más arriba que lo verdaderamente destacable de la película cabe buscarlo en el apartado técnico. En primer lugar, por un uso de la profundidad de campo, por ejemplo en la forma en que está filmado el interior del apartamento de Davey, con la habitación de Gloria al fondo, deudor en buena medida de los avances introducidos por Gregg Toland a partir de Ciudadano Kane (1941). Aunque los parecidos razonables con el estilo de Orson Welles podrían hacerse extensibles a la forma en que Kubrick rueda en las calles, a veces con cámara oculta, haciendo un uso del trávelin lateral que parece avanzarse al complejo plano secuencia con el que se abrirá Sed de mal (1958). Por no mencionar, además, la potente escena de los maniquíes, visualmente emparentada con la sala de espejos de La dama de Shanghái (1947) y en la que, por otra parte, los hachazos propinados por el malévolo Rapallo anuncian al Jack Torrance de El resplandor (1980).
En definitiva, quien estaba llamado a ser uno de los directores más influyentes de todos los tiempos hacía probaturas (atención a la secuencia onírica o al número de ballet ejecutado por la que entonces era su esposa, Ruth Sobotka) que, al fin y a la postre, le iban a servir para encontrar su propia voz, cimentando un estilo personal e inconfundible que, por imposiciones comerciales, aquí se cerraba con un poco convincente happy ending ajeno al habitual pesimismo del que haría gala el cineasta a lo largo de su posterior carrera.
Hola Juan!
ResponderEliminarNada que añadir a tu fina y acertada critica. Kubrick es de mis favoritos de siempre, he visto sus películas en repetidas ocasiones tanto para su disfrute como para anotar y escribir algunas cosillas, hice alguna presentación oral sobre su obra en mis exámenes de ingles.
Teniendo en cuenta que falleció a los 71 años y que entre película y película solían pasar largos periodos (entre Full Metal Jacquet y Eyes... 12 años), ¿crees que nos habría dejado al menos un par de cintas mas para su filmografía de haber vivido al menos hasta los 90?
Saludos!
Sin duda que sí, Fran. De hecho, ya sabes que dejó proyectos inacabados aunque bastante avanzados, como "Napoleón" o "Inteligencia artificial", que finalmente dirigiría Spielberg.
EliminarSaludos.
Los comienzos de uno de los grandes del cine universal.
ResponderEliminarHe visto esta película, como también he visto Fear and desire. Me quedó una impresión positiva de ambas películas.
ResponderEliminarEstá muy bien la cuestión técnica, se nota el estilo del director, su talento.
Incluso su esposa es talentosa como actriz, se nota en esa escena de danza.
Buena reseña.
Bueno, lo cierto es que Kubrick y Ruth Sobotka se divorciarían muy poco después, en 1957, aunque sí que es cierto que la coreografía de ballet que lleva a cabo la bailarina es muy bonita. A mí me recuerda un poco a la estética de "Cisne negro" (2010) de Aronofsky.
EliminarSaludos.
El film responde a lo que Kubrick pretendía tras la decepción de "Fear and Desire". Desarrollar su inventiva visual a través de una trama sencilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues fíjate que a mí, no sé por qué, me gusta más "Fear and Desire", tal vez porque es menos una película de género.
EliminarUn abrazo
A Kubrick casi desde el principio, como bien apuntas, se le veían ya las buenas maneras de director.
ResponderEliminarSaludos.
El que vale, vale: aunque sea un novato.
EliminarSaludos.
Otra impecable reseña.
ResponderEliminarLa tercera película que hizo, The Killing, a mi me encanta. Pero esta, su segunda, es la antesala de lo que haría ese gran director.
Un abrazo, amigo Juan!
Gracias otra vez, amigo. A mí también me gusta mucho "Atraco perfecto", con todos esos billetes volando en la escena final.
EliminarSaludos.